Tiempo Un frente podría traer lluvias a Málaga en los próximos días

Aunque el concepto es muy sencillo de entender, encontrar una definición concreta de lo que es una línea regular marítima no resulta nada fácil. Dejando a un lado asuntos tales como que se realice o no entre puertos de un mismo país, que sólo gestione el transporte de pasajeros o carga o que la ejecuten barcos de una u otra nacionalidad (estos y muchos más aspectos son lo que complican el tema), una línea regular sería una ruta frecuente entre puertos fijos; unas navegaciones en las que se realicen cargas o descargas de mercancías, embarques y desembarques de pasajeros y que, con una duración prolongada en el tiempo, puedan beneficiarse de algún tipo de ayuda económica.

Simplificada mucho esta compleja definición, les diré que el puerto de Málaga ha sido desde siempre un recinto muy adecuado para el establecimiento de líneas marítimas regulares. Con referencias que se remontan varios siglos atrás y sin querer cansarles con datos del pasado, en la actualidad, las aguas malacitanas acogen siete rutas fijas; unas singladuras nacionales e internacionales en la que se gestionan tanto pasajeros como mercancías. Particularizando muy por encima sobre estas, les reseñaré que además de las dos rutas que enlazan Málaga con Melilla que llevan pasaje y carga, existen cinco más que sólo transportan mercancías; unas singladuras que movilizan carga rodada, contenedores y coches.

Reseñadas estas rutas, le diré que el trabajo que conlleva la puesta en funcionamiento de una línea regular, en algunas ocasiones no se acompaña de los resultados previstos; una circunstancia que en la mayoría de los casos lleva a su desaparición.

Con el recuerdo de algunas rutas fallidas, permítanme que les mencione un ejemplo de lo que pudo haber sido y finalmente no fue. En el año 1999, la compañía argentino uruguaya BuqueBus ponía en marcha de una línea de alta velocidad entre los puertos de Málaga y Ceuta. Operada inicialmente por el catamarán Catalonia L y posteriormente por el Patricia Olivia, esta ruta que se iniciada con muchas pretensiones duró algo menos de dos años; un rotundo fracaso de una línea regular, la ceutí, que como dicen los viejos portuarios malagueños siempre ha estado gafada.

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