Con la aspiración de que el puerto de Málaga se convierta en unos meses en un centro internacional donde recalen los más selectos megayates del mundo (hasta el momento sin una marina especializada han venido mucho de estos barcos), hoy les contaré algunas peculiaridades de los grandes yates privados a vela.

Con el recuerdo de veleros tales como el Salperton 1, el malogrado My Song o el Aiaxaia, hace unos días atracó en el muelle número dos el Twizzle que, con sus 57 metros de eslora se convierte uno de los más grandes yates privados a vela que han visitado las aguas malagueñas en los últimos años.

Pero antes de contarles algunas de las curiosidades de este barco, les diré que al igual que los grandes buques de recreo privado sin velas y aquí habría muy pocas excepciones, la gran mayoría de estos yates pueden ser alquilados. A unos precios exorbitantes, navegar durante una o dos semanas en el barco de un magnate de los negocios o de un mediático personaje es una realidad sólo al alcance de muy pocos bolsillos.

Aclarada esta muy especial circunstancia que por otra parte permite pagar los muchos gastos que generan este tipo de yates, ahora les hablaré sobre el Twizzle que la semana pasada visitó las aguas malagueñas atracando frente al palmeral de las Sorpresas.

Construido en 2010 en los astilleros holandeses Royal Huisman, una empresa especializada en la fabricación de grandes veleros, este barco de dos mástiles con casco y superestructura de aluminio, fue propiedad hasta 2016 de Michael Bradfiel, un hombre de negocios británico dedicado a los seguros médicos que pagó por él 45 millones de dólares. Firmado su diseño exterior por Dubois Naval Architects y su decoración interior por Todhunter Earle Associates, ambos primeros espadas en la industria de este tipo de barcos, el Twizzle puede albergar entre ocho y nueve pasajeros repartidos en cuatro camarotes. Tripulado por 11 personas, este gran velero que destaca por su amplitud de espacios y por disponer a popa de una plataforma retráctil diseñada para baños y deportes acuáticos, en la actualidad ofrece alquileres que, en temporada de verano e invierno, oscilan entre los 235.000 y 275.000 euros por semana.

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