Carmen Pérez

Nueva fase para el euro digital

Tribuna Económica

20 de octubre 2023 - 00:15

El euro digital está un paso más cerca de hacerse realidad. El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo ha dado por concluida la fase de investigación, que ha durado dos años y en la que se han explorado posibles diseños para el euro digital y diferentes alternativas para su distribución. El 1 de noviembre comenzará la fase de preparación, durante otros dos años, que tiene por objetivo dejar finalizado el reglamento sobre el euro digital y tener seleccionados los proveedores que puedan desarrollar las plataformas e infraestructuras para su uso. En definitiva, dejarlo listo.

Paralelamente, el euro digital precisa de un marco normativo específico, en la que los legisladores garanticen que la versión digital reproduzca las características claves del efectivo físico. Todos los trabajos del BCE sobre la emisión del euro digital están supeditados a que se haya aprobado esta legislación, y el BCE tendrá que considerar e incorporar cambios en el diseño que puedan resultar de las deliberaciones durante ese proceso.

Para anunciar este avance en el proyecto de digitalización de nuestra moneda, el BCE publicó el miércoles una nota de prensa, adjuntando además un extenso informe, A stocktake on the digital euro, con las conclusiones alcanzadas hasta la fecha y los nuevos objetivos planteados.

El comunicado deja claro los dos aspectos que pueden ser los que más preocupación pueda provocar en la población. El primero es que el efectivo físico en ningún caso desaparecerá. Así, la presidenta, Christine Lagarde, declaró: “Necesitamos preparar nuestra moneda para el futuro”, “Concebimos un euro digital como una forma digital de efectivo que pueda utilizarse para todos los pagos digitales, de forma gratuita y que cumpla con los más altos estándares de privacidad. Conviviría con el efectivo físico, que siempre estará disponible y no dejará a nadie atrás”.

El segundo aspecto es en relación con la privacidad y la protección de los datos. La privacidad, aspecto que levanta muchas sospechas, estaría garantizada. El Eurosistema no podría ver los datos personales de los usuarios ni vincular la información de pago con individuos. Para pagos fuera de línea de bajo valor, serán completamente anónimos; para transacciones electrónicas de mayor valor, sólo se accedería a la información bajo supuestos legales. A los que critican que con el euro digital estaríamos completamente vigilados habría que hacerles ver que en la actualidad estamos completamente controlados por los bancos: todos nuestros movimientos y compras se rastrean fácilmente siguiendo nuestras cuentas bancarias.

Del euro digital se espera una gran mejora de eficiencia en los pagos: reduciría las comisiones y estimularía la competencia. Empujaría a los bancos y a otros proveedores de servicios de pago al desarrollo de nuevos servicios financieros y de pago paneuropeos, incitando a la innovación y facilitando la competencia con grandes empresas financieras y tecnológicas no europeas. Pero realmente el principal motivo para desarrollarlo ante el avance imparable hacia los pagos digitales, es que el euro, el dinero público, siga manteniendo la soberanía y primacía en nuestro sistema financiero.

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