Los protagonistas siguen siendo los bancos centrales. La Fed subió el miércoles los tipos de interés en 75 puntos básicos (pb) -algo que parecía descartado hace unos días- y revisó a la baja las proyecciones de crecimiento del PIB de EEUU (1,7% anual en 2022 frente al 2,8% anterior, y otro 1,7% en 2023 frente al 2,2% previo). El menor crecimiento y la persistencia de la inflación podrían tener un impacto negativo a corto plazo en los beneficios de las empresas, y, por tanto, en sus múltiplos.

Los descensos de ayer en renta variable podrían reflejar así una progresiva normalización monetaria que priorice y anteponga el control de la inflación al crecimiento, especialmente tras el negativo dato de inflación en EEUU de mayo.

Ayer también sorprendía la decisión del Banco Nacional de Suiza, que ha subido tipos de forma inesperada en 50 (pb); por su parte, el Banco de Inglaterra los elevó 25 (pb), en línea a lo esperado.

Ante la elevada incertidumbre, los índices de Asia-Pacífico mostraron un comportamiento mixto, con caídas de los índices en China tras las ganancias de ayer, que reflejaron un cierto optimismo tras los datos de producción industrial ante la gradual relajación de las restricciones.

En Europa, el Eurostoxx 50 cayó de nuevo (-2,96%) y acumula una pérdida de aproximadamente el 20% desde comienzos de año. El Íbex 35 logró cerrar por encima de 8.000 puntos, a pesar de perder un 1,18%. Enagás (+2,06%), REE (+1,89%) y Naturgy (+1,69%) fueron las mayores revalorizaciones; las caídas: Arcelor (-5,32%), IAG (-5,29%) y Acerinox (-4,55%).

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