Tribuna Económica
Carmen Pérez
É xito exportador
Bicheo por la TDT
Los gemelos Scott son dos canadienses altos y atractivos que podrían haberse convertido en bien remunerados actores de comedias románticas, donde unas facciones perfectas cotizan más que el talento interpretativo. En lugar de eso, estos hermanos (casi) idénticos optaron por trabajar como agentes inmobiliarios y expertos en decoración en la vertiente televisiva del negocio. Capaces de intuir espacios diáfanos llenos de posibilidades donde los demás sólo ven paredes desgastadas, los Scott han edificado todo un imperio del ladrillo. Levantando moquetas y sustituyendo encimeras, su popular programa La casa de mis sueños ha crecido y se ha multiplicado en numerosos formatos derivados en los que dan un baño de telerrealidad a personas que necesitan construir su hogar con un presupuesto ajustado.
Suele suceder que una cosa son los sueños y otra muy distinta lo que uno se puede permitir, especialmente cuando quienes participan no son precisamente millonarios. Los Scott comenzaron siendo una de las grandes bazas del canal Divinity, pero su rival DKiss los ha fichado ahora también con su nuevo programa, Los gemelos reforman dos veces. En él proponen para cada hogar dos reformas posibles: una, ajustada a las aspiraciones, y otra en la que cuadran las cuentas aunque hay que renunciar a algún que otro capricho. Los gemelos se encargan como siempre de poner a los propietarios los pies en la tierra, enseñándoles la factura con su perfecta sonrisa.
La novedad esta vez es que no hay fin lucrativo en la intervención de remodelación, sólo adaptar el hogar a las necesidades de la familia. No se plantean en ningún momento, por tanto, vender la vivienda, sino reformarla. Otro aspecto que cambia es que no se realiza ninguna obra de envergadura, únicamente se da un lavado de cara pero ¡qué lavado! Somos testigos, desde luego, de cómo sencillas viviendas al uso se convierten en hogares de verdadero ensueño.
A lo largo de los catorce episodios que componen esta primera temporada, serán muchos los protagonistas que se pongan en manos de los hermanos Scott. Los primeros a los que ya hemos conocido en el primer capítulo son los recién casados Nora y Diego. Este matrimonio comparte casa con la abuela de Diego en Richmond (Virginia). A pesar de que la casa cuenta con mucho espacio, cada vez que tienen comidas y reuniones familiares se sienten asfixiados. Para ello, Drew y Jonathan buscan una forma de remodelar la cocina, el comedor y la sala de estar con el fin de obtener una mayor amplitud. Un manido ejercicio de interiorismo que, como siempre, nos deja con la boca abierta.
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