Los mercados de renta variable cotizaron ayer nuevamente con cautela, fluctuando las bolsas europeas entre pérdidas y ganancias.

A menos de una semana para las últimas reuniones del año de la Reserva Federal en EEUU y del BCE, los inversores se mantienen pendientes de cualquier señal que pueda dar mayor visibilidad a las futuras decisiones de los bancos centrales. En una jornada sin apenas referencias macroeconómicas, el punto de mira se centró en los datos de solicitudes de prestaciones de desempleo de la economía de EEUU. Destacó la evolución de las solicitudes continuas (que incluyen a quienes han recibido beneficios de desempleo durante una semana o más), que aumentaron hasta su mayor nivel desde febrero, lo que refleja las dificultades actuales para ajustar el mercado laboral. Todo ello en un entorno marcado por la solidez de la creación de empleo en la economía estadounidense, la reducida tasa de paro y las elevadas tensiones salariales.

La Fed continuará evaluando la situación del mercado laboral como uno de los principales factores para determinar la senda futura del endurecimiento monetario, junto con la evolución de la actividad socioeconómica y de las tensiones inflacionistas y salariales.

El Eurostoxx 50 cerró plano apoyado principalmente en la resiliencia del DAX alemán, que contrastó con las caídas registradas en Italia, Francia y España. El Íbex 35 sumó su quinta sesión consecutiva a la baja (-0,79%). Únicamente nueve de sus componentes cerraron en positivo, destacando los descensos superiores a un 3% de Acciona y Grifols.

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