Félix Godoy
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LO digital es un merdelloneo. Como en la mesa, habría que enseñar a los niños normas de urbanidad informática y que las teclas no se pulsan sin consecuencias. En Twitter los "periodistas ciudadanos" (y a veces los titulados) se inventan las noticias; en Facebook difunden una carta faltona que llama a Rajoy hijo de tal y la atribuyen de forma espuria al sabio Sampedro, quien se avergüenza por la interesada confusión. Un cargo público que participe en estos corralones necesita un ego correoso, unas convicciones marmóreas o las tripas sin estrenar.
El concejal de IU Pedro Moreno Brenes es de los de convicciones. La entrada que escribió en Facebook sobre la majaronada del SAT causó que una patulea de majarones asaltara su página como sindicalistas a un supermercado. Profesor de Derecho, cree que a la justicia social se aspira con las leyes, no con un comunismo asilvestrado, aunque éste sea mucho más vistoso que las sesiones plenarias. Se desliga del abordaje pirata y desliga a Izquierda Unida... Aunque al final se le notan ciertas dudas sobre si se está distinguiendo demasiado y si no habrá otros prohombres de IU amigos de robar tiendas. La nota de Alberto Garzón, en la misma red, prueba que los quinquis revolucionarios también tienen quien los jalee en la universidad.
Después, en los comentarios a la entrada de Moreno viene el despelleje. Uno lo llama "pseudo-Judas" y otro se llama a sí "Spartakus". Uno lo manda al PSOE y otro "a gritar a la cueva" (se entiende que Intereconomía). También los hay correctos en las formas, apoyándole y contra él; pero dentro o fuera de internet causan más estrépito los rabiosos, que además escriben "raviosos". El concejal añadió otra entrada defendiéndose; estaba dolido porque lo llamaron "cobarde" y "aburguesado". Las respuestas fueron más agradables, casi unánimes. Quizá más de la cuenta. O discutimos pegando voces o no discutimos.
"Una acción simbólica que abre un debate sobre la riqueza y la pobreza", la llama Valderas. Precisamente lo que espanta es que sea un símbolo, pues un carrito robado cuesta poco pero enseña que el latrocinio es legítimo. En cuanto a debates sobre ricos y pobres, más simbólico que atracar un comercio parece abrir por cualquier página el Manifiesto comunista o el Evangelio de Marcos -Moreno los conoce bien- y luego comentarlos. Sánchez Gordillo no ha planteado otra manera de entender las relaciones de desigualdad, sólo ha salido en televisión. Las ideas se discuten con ideas, hablando y escuchando, leyendo y escribiendo; con palabras, no con bandoleros. Internet, bien usado, lo pone tan fácil... Moreno Brenes ha empezado una conversación. El problema está en cómo las gastan quienes quieren acabarla.
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