NO sé qué nos queda de aquel espíritu crítico de los setenta. ¿Dónde se esconde nuestra capacidad de reflexión? Los primeros afectados por la dispersión mental somos los medios de comunicación, que trasladamos según que noticia, midiendo más la repercusión que puede tener, según sean de populares los personajes implicados. Un ejemplo, las informaciones que se difundieron ayer tras las declaraciones de cinco imputados ante la juez que instruye el caso Astapa. El caso adquirió especial relevancia porque uno de los llamados a declarar fue el empresario Javier Merino, más popular que otros al estar casado con Mar Flores.

Personalmente tengo la impresión de que apenas sin darnos cuenta estamos contribuyendo a hacer de la nuestra, una sociedad cada vez más irreflexiva, donde importa más buscar un culpable en cada caso que analizar los motivos por los que se ha llegado a producir una determinada situación.

La irreflexión parece instalada. Con 9.600 parados más en el último mes, con familias en bancarrota y Cáritas advirtiendo sobre los nuevos perfiles de la pobreza, a nuestros poderes públicos no les cabe otra que comprometerse hasta el infinito para dejar de echar balones fuera, respondiendo que la culpa de todo la tiene EEUU. Nadie duda del origen del problema, ni el Partido Popular, por mucho que sus dirigentes hagan declaraciones de cara a la galería culpando a Zapatero de la muerte de Caín. Semejantes tonterías hacen que los ciudadanos nos quedemos a cuadros, esperando algún día que nuestros políticos abandonen la guardería y dejen de decir, de una vez por todas, aquello de "yo no he sido".

Los expertos ya han advertido que las consecuencias de la crisis dependen mucho del tejido social y productivo de cada lugar. En nuestro caso, no sólo tenemos una crisis financiera, también nos toca apechugar con un modelo productivo basado en el ladrillo y en el turismo. De momento, el turismo aguanta, pero no estaría demás que se aprovechara esta crisis para buscar un modelo distinto que apoyara la innovación, el desarrollo sostenible y que buscara la diversificación en el equilibrio productivo. Ayer el delegado de Empleo de la Junta, Juan Carlos Lomeña, hizo un llamamiento a los empresarios para que utilicen las ayudas que la Junta tiene disponibles para realizar contratos. Habrá que estar pendiente para ver cuantos empresarios de los que ayer se enriquecieron son hoy capaces de arriesgar y utilizan estas ayudas que ofrece Lomeña, en lugar de pedir dinero para poder pagar despidos. Las malas noticias económicas de las últimas horas han quedado eclipsadas por el seguimiento informativo del pulso Obama-McCain. El resultado de las elecciones en EEUU influye en el planeta. Es así. La primera potencia mundial, incluso en crisis, sigue marcando la pauta, pero desde luego no parece lógico que el 80% del esfuerzo de los grandes medios de comunicación de todo el mundo se centren exclusivamente en la decisión final de los americanos, por muy sorprendente y esperanzador que sea la posibilidad de ver llegar a su Presidencia a una persona de color. Y es que la irreflexión nos invade a todos. Ahora sólo toca hablar de Obama.