Asombrose un portugués

Esperemos que estos rifirrafes ayuden a centrar la política española en lo realmente importante

Decía aquel malintencionado poema gallego "asombrose un portugués, que desde su más tierna infancia, todos los niños en Francia, supiesen hablar francés" como burla ante la sorpresa de lo obvio. Esta semana hemos tenido un episodio similar, entre cómico e irónico, protagonizado en el Parlamento de Andalucía por dos contrincantes que se conocen sobradamente bien: Francisco Conejo y Elías Bendodo. Sin duda es siempre agradable que nuestros políticos logren de los ciudadanos una sonrisa, entre tantos malos ratos, pero cuando el despiste ha sido tan sonado empieza a pensar uno que el confinamiento también está pasando factura a nuestros representantes.

Si analizamos lo ocurrido en ese breve envite parlamentario, hay ciertas curiosidades que convendría resaltar. La primera es ver a un representante del socialismo actual exigiendo que se proyecten por televisión las romerías de la Virgen de la Cabeza. Desde luego es una sorpresa que, tras tanto vaivén con quitar la religión en las escuelas, tratar de prohibir la Semana Santa o querer sustituir la navidad por la celebración del solsticio de invierno, ahora echemos de menos las romerías de la Virgen. Pero bueno siempre es bienvenido, como San Pablo al caer del caballo, aquel que acaba encontrando en la religiosidad popular las raíces de su propia esencia.

La segunda cuestión es no haberse percatado de que tampoco se ha retransmitido la Feria de Sevilla, ni las cruces de Mayo en Granada. Es más, ni siquiera hay reservado un espacio en agosto para la propia Feria de Málaga. Todo esto sería imperdonable si no fuera porque el Covid-19, junto con el estado de alarma y toda su excesiva normativa de limitaciones de libertades más allá de la propia alarma, han hecho imposible cada una de dichas celebraciones. Menos mal que no se le ocurrió al representante socialista nombrar las manifestaciones del 8-M, porque ésas si que se retransmitieron sin limitación alguna. Y por cierto, cabría pensar que la reciente expresión tan propia del ejercito de Pancho Villa de "¡viva el 8M!", por parte de alguien cuya mujer fue contagiada en dicho acto es, cuanto menos y no queriendo pensar mal, poco respetuosa hacia su familia. Esperemos que estos rifirrafes ayuden a centrar la política española en lo realmente importante, que es salir cuanto antes de este aislamiento no deseado y recuperar la pujanza perdida, y entre todos vamos a lograrlo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios