Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La vía es (por ahora) andaluza
EL pasado domingo, disfrutando de una copa de un buen vino del Bierzo (hay mucha vida más allá de los Rioja y los Ribera del Duero), llegó hasta mí el libro A más cómo, menos por qué, una colección de aforismos de Jorge Wagensberg. No es ningún literato, sino un doctor en Física que ejerce de profesor en la Universidad de Barcelona. La cuestión es que describía en uno de sus textos el significado de beber un sorbo de vino. Nada de taninos, sabores amaderados ni colores picota. Protones, universos deductivos y aproximaciones físico-cuánticas al placer de paladearlo. Y me dejó una sensación tan plena como el caldo en sí. La aproximación a un buen vino es un proceso tan hedonista que no se nos debe olvidar aunque lo repitamos varias veces a la semana.
La cuestión es que el espíritu del libro reflexiona sobre eso que nos cuesta tanto hacer, prevenir antes de curar. Nos martirizamos con preguntas sin respuesta; u obviamos razonamientos que nos evitarían cuestiones que solo hacen picar la conciencia. En Málaga sabemos mucho de eso, sobre todo en el marco político. Responsables de oposición que solo denuncian determinados comportamientos cuando el experimento ha salido rana. Muchas veces pienso que incluso únicamente llegan a conocer algunos proyectos del Ayuntamiento cuando meten alguna pata. No hablemos ya de solicitar proyectos fantasma para el Guadalmedina, construir museos sin contenidos o eternizar el desuso del Campamento Benítez. ¿Y los rascacielos que iba a tener la ciudad? ¿Para cuándo?
Me puse a pensar en esto cuando vi las playas de Chilches llenas de restos del desastre del Guadalhorce. Cabras, trozos de raíl o calabazas en la orilla de la playa. Me preguntaba cuánto duraría. Hoy, ayer, casi todo seguía allí. Claro, como ya no quedan turistas a los que les moleste... Me fastidia bastante esta política a posteriori. Porque la que sufre es la ciudad. Nosotros. Los que seguramente muchas veces tampoco abramos la boca hasta que alguien meta la pata, sin saber que la basura se apila todos los días en nuestras calles.
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