El prisma

Javier Gómez

Balones fuera

23 de agosto 2009 - 01:00

ES estupendo que a nuestros políticos les guste tanto reflexionar. Pero sería del todo extraordinario, demasiado pedir, que lo hicieran antes de tomar una decisión y no después. Algunos de esos dirigentes gustan de pensarlo todo una y otra vez, de buscar el utópico consenso al enfrentar un problema en el que no existe una solución que contente a todos. Así ganan tiempo por si el asunto se resuelve solo y reparten responsabilidades en el caso de que la decisión sea desastrosa. Aunque se supone que para eso, para tomar decisiones comprometidas, se presentaron al cargo. Pero predomina lo que en el argot futbolístico se llama la táctica del patadón arriba, la que juegan los equipos mediocres y sin ideas, que se dedican a alejar el balón de su portería rezando para que acabe el partido. A muchos les funciona y a algunos hasta se les aparece la Virgen y marcan en un error del rival.

Aunque iba a referirme al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, como un virtuoso en estas lides -sólo hay que echar un vistazo a sus recientes declaraciones sobre el botellón-, esta semana sería injusto no darle el balón de oro ex aequo al presidente del Gobierno y al ministro de Fomento. De la pericia rectificadora de Zapatero tenemos jugadas frescas tras el cheque bebé y los 400 euros de deducción, ambas medidas universales y lineales, ambas tomadas al calor de las urnas y ambas ahora injustas según los que las aprobaron.

Antes de irse de vacaciones, y en marcha ese plan ZP que es básicamente una forma improductiva como otra cualquiera de esperar a que escampe en Alemania y Francia para que nos saquen de ésta, el presidente aprobó la iniciativa demagógica del año: 420 euros al mes para ayudar a los parados que hayan agotado su prestación. Lástima de tanto marketing para venderla porque la medida se pensó al revés (con el trasero en vez de con la cabeza) y favorecerá precisamente a los que acaban de perder el subsidio, y no a los que más tiempo llevan sin él. Acosado, Zapatero dijo el miércoles que dialogará con los sindicatos para que la medida "abarque al número de personas que lo puedan necesitar". Lo cual, como debe saber el presidente, es imposible porque no hay dinero. Así se lo recordó al día siguiente José Blanco en una "reflexión personal" en la que tuvo el detalle de anunciarnos una subida de impuestos. Y gol. En propia puerta, claro.

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