Noviembre se despide dando voces. En la fiesta de Blas todo el mundo salía con unas cuantas compras de más. El Blas Friday, el viernes que atruena en negrita. El día de acción de gracias al consumo que celebramos con calenturas de VISA. Blas is Black la canción de las rebajas y ofertas de liquidación en este tiempo de quiebras de descuento que le queda al 2020. El año de los columnistas tristes. Habrá escritores de fuste tallado en cartón piedra muy marmóreos, escépticos e imperturbables. Otros aislados en modo blíster, emplasticados esperando a que despeje el calendario para narrarlo. Intentando entretener. La Fundación Manuel Alcántara despachó por YouTube dos mesas redondas con los magos de El humor y los géneros periodísticos. Alfonso Ussía, Luz Sánchez Mellado, Edu Galán mesurados por Rosa Belmonte y en otra videoconferencia El humor en el audiovisual y en las redes sociales con Ángel Idígoras, José María de Loma, Ángeles Caballero y Manu Sánchez, embridados por Natalia Meléndez.

Un invento de Agustín Rivera con la colaboración de la Diputación y la universidad umita. Gente seria. Maradona también se tomó el fútbol a pecho, lo amaba sobre todas las cosas. La fanaticada argentina más excitada le proclamó dios. Algo tendrá Maradona cuando le bendicen. Sus cromos y reliquias en minutos han multiplicado su cotización por las nubes albicelestiales. Tres días de duelo nacional peronista. Cosas de la iluminación, como nuestro arcade vintage y su Teresa Led. Francisco de la Torre ruega que lo de las navidades "pueda flexibilizarse de alguna manera" y se espeja de salón en la Comunidad de Madrid no se nos vayan a fundir los plomos turísticomerciales. Elegir entre la bolsa o la coronavida. O llamar la atención, como el señor Heredia. Se le ocurrió trinar: " Ni hay que educar a pijos con dinero público. Ni hay que mantener los privilegios educativos de unos pocos con el dinero de todos. Quien quiera elitismo de una educación privada que se lo pague con su dinero. Y el dinero público para una educación pública de calidad". Todavía resuena su gorjeo militante. Un empacho de bloqueos tuiteros enfurecidos. La etiquetoga senatorial le está quedando como el palo de un gallinero. Más trabajo para esa stasi de las redes sociales que archiva y ficha todos los comentarios e impertinencias que dejan huella digital. Con estos personajes lo tenemos muy black.

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