la esquina

José Aguilar

Deslocalizan aquí y allí

29 de octubre 2012 - 01:00

EL panorama industrial de España lleva muchos años signado por la deslocalización: muchas empresas multinacionales han trasladado sus fábricas a otros países en los que pueden funcionar con menores costes, lo que equivale a mayores beneficios. Y no sólo multinacionales. Compañías españolas también han llevado toda su producción o buena parte de ella a otros sitios más ventajosos.

A esto se le llama deslocalización. Tiene dos características básicas. Una, que goza de una gran impopularidad, puesto que los trabajadores cuyas fábricas se cierran para volar al extranjero se quedan sin empleo y ciudades y comarcas enteras se sumergen en el desierto industrial y padecen una depauperización colectiva. Otra, que el fenómeno es imparable. La globalización económica, la desaparición de las fronteras y la modernización del transporte facilitan que los inversores salten buscando la máxima rentabilidad. El factor humano suele ser sólo un elemento más a considerar a la hora de tomar una decisión, normalmente el último.

Además, la deslocalización es un viaje de ida y vuelta. Quiero decir: lo mismo que sufrimos deslocalización de industrias aquí asentadas en favor de naciones que les resultan más atractivas también nos beneficiamos de deslocalizaciones de industrias que estaban instaladas en otros países porque les ofrecemos mejores condiciones. Por cierto que estas condiciones se suelen referir casi siempre al nivel salarial y de coste laboral, pero realmente influyen otros elementos a la hora de decidir a los accionistas y gestores de las compañías trashumantes: el nivel tecnológico, la productividad, la paz social, la estabilidad política y la seguridad jurídica, entre otros.

Acaba de ocurrir con Ford España. La multinacional Ford ha decretado el cierre de su planta en Genk (Bélgica) y el traslado de la producción que allí se hacía a su factoría de Almusafes (Valencia), donde a partir de 2014 se fabricarán cinco modelos de coches en vez de los tres actuales. Bélgica pierde 4.300 empleos y España ganará 1.400, además de recuperar el tercer turno de trabajo de su plantilla. La reestructuración obedece a la necesidad de la compañía de adaptarse a la caída de la demanda de automóviles (se vendían 17 millones de vehículos y ahora se venden 13). Y dentro de esta reducción de la producción global, la Ford ha procedido a la deslocalización y el traslado de Genk a Almusafes por razones como las apuntadas más arriba, destacando -aquí sí- que los sindicatos presentes en Almusafes han moderado sus reivindicaciones en salarios y condiciones de trabajo a cambio de pactos de inversión con la multinacional.

De modo que la deslocalización de la industria unas veces nos castiga y otras nos favorece. Y además, es imparable.

stats