Vía Augusta
Alberto Grimaldi
¿Hay también una ‘vía extremeña’?
El dos de marzo se celebra el Día Internacional de lo Retro en medio de una semana blanca con los chaveas de vacaciones. 28-F, mollete con aceite y jajajá. La excusa inapelable para sufrir nietos a jornada completa, cosas de la modernidad laboral. También es momento cebolleta para revivir la infancia en pantalones cortos, jugando a la pelota con las rodillas sucias. Aquellas expediciones por descampados salvajes enladrillados hoy. Cenacheriland está creciendo hacia la Smart City City Bang Bang en una carrera hacia el progreso sin alma que parece diseñado por una inteligencia artificial. Es ese devenir tecnológico el que provoca temor a perder el curro y desasosiego. En la era de las redes sociales y la virtualidad estandarizada se busca lo singular que permita diferenciarse y en lo retro se encuentran muchas respuestas. Ya sea a través del diseño de los objetos cotidianos con formas divertidas que nos trasladan a tiempos más dichosos por obra de una memoria selectiva que ensalza el recuerdo dulce. Lo retro está de moda. La estética vintage, el diseño producido entre los años 1940 y 1980 se enmarca dentro de lo retro. Pero lo retro de última generación es lo que imita y mejora. Por eso hay tanto coche y moto superventas que evoca el perfil de modelos clásicos sin tener que mancharse las manos de grasa. El pasado es el último ahora. Lo hace de forma sigilosa y comienza por la decoración de la madriguera, un detalle de una lámpara con ecos de la carrera espacial, un aparador o un comedor de madera lavada con estilo campestre en una isla de cemento. Vestimos ropa retro y reciclada y vuelven a estar en vanguardia marcas y logotipos que creímos extintos, se recuperan estampados textiles del armario de la abuela que siempre fue muy moderna. Escuchamos discos de vinilo, los grupos musicales independientes resucitan guitarras y amplificadores añejos e imprimen a su sonido texturas de teclas sesenteras. En el diseño gráfico lo retro recupera las tipografías con serifa, los comercios aspiran a la estética de la Antigua Casa Guardia. Lo retro alcanza hasta a los videojuegos. El tiempo juega con lo retro con los madelmanes, las Nancys y los Geypermanes. He-Man aquél que tenía el poder y Skeletor el del careto de calavera son cuarentones retro. Fíjese, lo retro camela hasta la política como nuestro arcade de museo vintage.
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