Dudas sobre Podemos

Puede significar a medio plazo cambios importantes en el comportamiento político de la formación

Era difícil pronosticar que la presentación de una moción de censura en el parlamento murciano llevaría a Podemos a una crisis de liderazgo nacional. El abandono de Pablo Iglesias abre en la formación morada un interrogante superior a la que en cualquier otra formación puede significar el relevo de su máximo dirigente. Aunque la derecha política y mediática ha tratado de encasillar a esta formación como un grupo populista, comunista y bolivariano, la realidad es que sus actitudes han sido bastante más variadas y contradictorias. Desde las elecciones europeas del 2015 hasta hoy, el desarrollo estratégico de esta formación ha sido tan cambiante que a sus siete años de existencia es difícil señalar su verdadero cuerpo ideológico. De un planteamiento populista de manual en sus primeros tiempos, en los que acuñaron la falsa división entre casta y gente, pasaron a adoptar una posición menos dogmática y trataron de desterrar ese palabrerío demagógico y maniqueo. De un ataque sin contemplaciones al régimen del 78 y a su Constitución pasaron a intentar convertirse en los máximos defensores de la carta magna, que parecía habían asumido como su nuevo evangelio. Con este tipo de vaivenes en su corto recorrido histórico es difícil precisar cuál puede ser su actitud en esta nueva etapa.

Si a esto se une que el relevo al que tratan de enfrentarse es la sustitución de su fundador, que ha ejercido un personalista y exclusivo liderazgo, mantenido con tal firmeza que ha prescindido de la mayoría de sus colaboradores de primera hora, la sustitución encierra serias incógnitas sobre cuál puede ser la dirección futura del nuevo equipo. El diseño que el dimitido líder pretende legar contiene bastantes contradicciones. Se hace extraño pensar que la designada heredera, la vicepresidenta tercera Yolanda Díaz, que no es militante de IU ni de Podemos, comparta liderazgo con la prevista secretaria general del partido, Ione Belarra, también miembro del consejo de ministros, y que en esta extraña jerarquía cruzada entre lo orgánico y lo institucional puedan convivir sin que dé lugar a conflictos. Todas estas circunstancias abogan por pensar que el tiempo futuro al que se enfrenta Podemos difícilmente tendrá un carácter meramente continuista y, aunque solo sea por el distinto perfil personal de los nuevos protagonistas, puede significar a medio plazo cambios importantes en el comportamiento político de la formación en la que, ahora mismo, afloran más dudas que certezas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios