Españoles de bien

Los tres partidos de la derecha han coincidido en rescatar frases y expresiones que parecían superadas

Las palabras casi nunca son inocentes. El vocabulario que se emplea siempre trasluce una intención y a veces intenta ocultar un pensamiento. Por eso no es casual que en estos momentos en los que la tensión política se acelera, la terminología se vuelva agresiva y los conceptos se expresen con vocablos engañosos. Así, el término constitucionalista, que podía en principio ser un concepto objetivo, ha pasado a ser un arma de descalificación del adversario político. Es curioso que, al unísono, tanto PP como Cs, hayan decidido arrojar del ámbito de la Constitución al PSOE, partido redactor y defensor de la misma desde su nacimiento, y así justificar la negativa de pactar con él, mientras no parece que expresen mucho reparo en llegar acuerdos con Vox, que por lo visto, para ellos, sí reúne las condiciones de constitucionalidad suficientes. Ante este hecho es evidente que el término constitucionalista ha dejado de tener un significado objetivo.

En este intento de envolver ideas con palabras tramposas, los tres partidos de la derecha han coincidido en rescatar frases y expresiones que parecían superadas en el ámbito de la dialéctica política. Abascal, Rivera y Casado, en un claro caso de contagio y mimetismo, han comenzado a utilizar en sus declaraciones y discursos la expresión de "españoles de bien". De esta forma, a la vez que tratan de halagar a los que les aplauden, les votan y les vitorean, acusan de intrínseca maldad patriótica a todos los que discrepan de sus planteamientos. Resucitan así el carácter excluyente y sectario del concepto España, que todos creíamos enterrado, intentando hacerlo un coto cerrado del que solo pueden participar sus propios fieles para arrojar al resto de los españoles al tenebroso mundo de la indignidad y la traición. Pretenden así que Constitución y España sean patrimonio exclusivo de la derecha política.

Ya puestos a seguir en esta carrera de nostalgias, aún existe recorrido suficiente para ir rememorando otras palabras que también tuvieron vigencia en su tiempo. Después de la "España en pie" y de la "política patriótica" estamos a un paso de recuperar el término "antiEspaña" que tanto éxito tuvo. Es cuestión de poco tiempo. Alguien puede pensar que estamos creando una injustificada alarma y que estas expresiones no revisten peligro alguno. Quizás sea cierto y aún queda margen hasta llegar al famoso grito de "¡Muera la inteligencia, viva la muerte!" Pero cuando lleguemos a esos excesos, a lo mejor ya es tarde para la denuncia.

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