Félix Godoy
José María Muñoz no puede seguir al frente del Málaga CF
RECUERDO que en el largo periodo del franquismo no sólo las huelgas eran ilegales, sino que estaba prohibida la mera mención de ellas en los medios de comunicación si éstas se celebraban en España, obviamente, porque si eran el el extranjero era casi obligatorio anunciarlas en primera página. Excepcionalmente y cuando era inevitable hacer mención a algún conflicto laboral importante se recurría al eufemismo de "paro técnico". Con esta fórmula no solo se camuflaba la verdad, sino que se le desposeía de cualquier intencionalidad política. Y es que el adjetivo técnico nos traslada a un mundo inevitable, automático, mecánico, como si el hecho de la huelga fuera algo ajeno a la voluntad humana y equiparable por tanto a un accidente, un terremoto o una inundación. Este eufemismo, tan socorrido, es el que ha utilizado el concejal de urbanismo de la ciudad de Málaga para referirse al lamentable hecho de construir un distinguido urinario para perros donde hasta hace unos días había una fosa de asesinados en la Guerra Civil. Ha sido un error técnico, ha dicho, y se ha quedado tan tranquilo. Porque ya se sabe si el error es técnico no es humano ni evitable ni predecible, ni ha sido una provocación o una desfachatez o una insensibilidad. Ha sido prácticamente un accidente, una fatalidad, y por tanto no hay ni que pedir perdón ni hablar de destituciones ni mucho menos de dimisiones. Error técnico y a otra cosa.
Pero quien ha llegado al paroxismo en la utilización de este tranquilizador adjetivo ha sido el partido de Ciudadanos, que han anunciado que llegada la votación para la elección de presidente de Gobierno se inclinarán por una abstención técnica, y siendo técnica ya se sabe, es prácticamente un accidente sin intencionalidad ni voluntad política. Han descubierto la fórmula mágica de estar sin estar, de hacer sin hacer, de decidir sin decidir. Es la expresión política de cómo ponerse de perfil sin que se les note mucho, como gritar. ¡tierra trágame! sin que se les oiga demasiado. El eufemismo técnico pretende quitarle relevancia intención y consecuencias como si esa abstención no fuera una decisión política con un calculado, estudiado y querido efecto político. Mucho me temo que en el uso y abuso de esta modalidad técnica lleguemos a la política de lo inevitable y un día de estos alguien nos vendrá a anunciar que vista la situación, lo más probable es que haya que celebrar unas nuevas elecciones… técnicas. Y ya se sabe si son técnicas son inevitables y por tanto no hay por qué quejarse.
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