Vía Augusta
Alberto Grimaldi
¿Hay también una ‘vía extremeña’?
LO más apasionante que tiene el fútbol y lo que lo distingue de otros deportes colectivos es, precisamente, la posibilidad de llegar al objetivo (que es ganar) a través de distintos caminos... En medio hay millones de matices... Eso no significa que no haya belleza en uno y sí en el otro. Con esto me quedo, porque ayer el Málaga jugó una primera parte IMPRESIONANTE, para mi forma de ver el futbol rozó la perfección, con mucho equilibrio entre líneas y con una pegada arriba mortal. En la segunda parte, más de lo mismo. Lo más bonito de todo fue ver cómo el Málaga se defendía con el balón en los pies, tocando y tocando sin perderla y buscando la portería contraria.
Siempre que un equipo juega como jugó ayer el Málaga se resalta a los delanteros por los goles, pero yo quiero resaltar a un jugador: Ignacio Camacho. Este niño, porque es un niño de 21 años, que llegó sin hacer ruido y con la humildad de los grandes jugadores, ayer jugó un partido perfecto. El trabajo sucio que siempre le toca hacer lo hizo a la perfección, siempre bien posicionado tácticamente para hacerle las coberturas a los compañeros, sin complicarse con el balón, siempre haciendo lo correcto en el momento oportuno.
Lo mejor que tiene este niño es su fuerza de voluntad y su espíritu de superación, porque no hay que olvidarse que de un día para otro desapareció de las convocatorias y su actitud fue la de un veterano, callarse y trabajar día a día más y mejor para cuando le llegara la oportunidad de nuevo estar a la altura de las circunstancias. La oportunidad le llegó en una semana muy especial para él, porque cumplía 21 años . Como el fútbol no se queda con nada de nadie y siempre es justo recibió dos regalos; uno un vídeo especial y otro en el Vicente Calderón delante de la afición que lo vio nacer y del club que siempre le negó la oportunidad de consagrarse en Primera como un gran futbolista. Ignacio, gracias por haber venido al Málaga y defender esta camiseta como lo haces. Muchas veces hablé de la educación deportiva y del entorno que tienen que tener los jugadores jóvenes y en este caso se dan las dos. Un entorno muy bueno y una educación deportiva exquisita. Cuando digo educación deportiva digo que cuando estás hundido porque no juegas, sólo hay un camino para poder volver a jugar y es trabajar más y mejor día a día.
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