Fernando Quiñones, irremplazable

GRAN parte de la gente toma como sinónimo de artistas a personas sesudas, crípticas, que desde su torre de marfil pontifican y crean distancias insalvables con esa misma gente. Por el contrario, cuando un gran artista es próximo a su ciudad, a sus raíces, está siempre dispuesto a dar una mano o su arte a sus conciudadanos y amigos es generalmente poco reconocido y apreciado, confundido entre el compadreo y el mito. Muchos de esto le ocurrió a mi querido amigo Fernando Quiñones. Ha sido Quiñones una de las figuras más preclaras, importantes y definitivas en el ámbito de Andalucía, proyectado desde esta cultura a dialécticas universales. Fernando nos dejó un legado amplio y de una calidad extrema en poesía, novela, investigación, artículos flamencos y un testimonio personal irrepetible. Éramos muy amigos. En su último libro flamenco, dedicado en Madrid el 13 de febrero del 82, me decía: "Todo esto tan nuestro, pa'l pintor de Málaga, mi amigo Eugenio de mis carnes".