NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Los profesores recuperan el control de las aulas
EN política municipal se pueden hacer pequeñas cosas que, aún sin dinero y sin resultar espectaculares, son las que hacen ciudad, las que constituyen la diferencia entre lo que llamamos una "gran ciudad" y lo que podemos denominar "una ciudad grande".
Por desgracia, Málaga suele destacar por ser una de éstas últimas, un gran poblachón que tras crecer de forma acelerada ha perdido su esencia, su encanto, en muchos de sus rincones. Por suerte conserva unos pocos lugares mágicos.
Pero hay iniciativas, esas pequeñas cosas que decíamos, que pueden hacerse con facilidad para recuperar parte del encanto perdido y para, entre todos, ir creando una gran ciudad. Sin grandes presupuestos ni grandes obras.
Es el caso de una de las últimas actuaciones llevadas a cabo por la Junta de Distrito nº 2, Distrito Este, que ha recuperado la histórica Fuente de la Olla de El Palo en su localización primitiva, en lo que hoy es la nueva Plaza en las Cuatro Esquinas.
La Fuente de la Olla fue un diseño del ingeniero José María de Sancha, que diseñó una fuente de cuerpo hexagonal con seis surtidores de agua y una gran vasija en su parte superior, de ahí el nombre que se le dio a la fuente, de la que se distribuyeron diversos ejemplares por buena parte de la ciudad. Desde estas fuentes, había otras en La Malagueta, en Huelin o en la Trinidad, los malagueños, aún sin agua corriente, recogían el agua que llevaban a sus casas desde el último tercio del siglo XIX hasta bien entrado el XX.
La última Fuente de la Olla, que todos recordaremos, estuvo situada en la Plaza del Carbón hasta la remodelación de este enclave, en el año 2005. Ese es el ejemplar de esta fuente que, tras estos años almacenada, recuperamos para El Palo y para Málaga.
Hace unos meses presenté a la directora del Distrito, como consejero de Cultura del mismo que soy, un pequeño texto en el que defendía la necesidad de recuperar la fuente en Las Cuatro Esquinas. Los motivos para ello eran básicamente tres: embellecer la plaza, recuperar un elemento de nuestro patrimonio histórico-artístico y, fundamentalmente, preservar la memoria de buena parte de los malagueños.
Por suerte, tanto la concejal del Distrito, Carmen Casero, como la directora del mismo, Almudena Ramos, ya estaban trabajando en ello con anterioridad, ya que era una demanda de varias asociaciones de vecinos que venía de antaño.
Hoy la recuperación de este pequeño monumento es toda una realidad. Los paleños más observadores habrán podido ver la fuente casi terminada. Pronto será inaugurada, recuperando un trocito de nuestra historia y de nuestro patrimonio. Haciendo ciudad entre todos.
EN política municipal se pueden hacer pequeñas cosas que, aún sin dinero y sin resultar espectaculares, son las que hacen ciudad, las que constituyen la diferencia entre lo que llamamos una "gran ciudad" y lo que podemos denominar "una ciudad grande".
Por desgracia, Málaga suele destacar por ser una de éstas últimas, un gran poblachón que tras crecer de forma acelerada ha perdido su esencia, su encanto, en muchos de sus rincones. Por suerte conserva unos pocos lugares mágicos.
Pero hay iniciativas, esas pequeñas cosas que decíamos, que pueden hacerse con facilidad para recuperar parte del encanto perdido y para, entre todos, ir creando una gran ciudad. Sin grandes presupuestos ni grandes obras.
Es el caso de una de las últimas actuaciones llevadas a cabo por la Junta de Distrito nº 2, Distrito Este, que ha recuperado la histórica Fuente de la Olla de El Palo en su localización primitiva, en lo que hoy es la nueva Plaza en las Cuatro Esquinas.
La Fuente de la Olla fue un diseño del ingeniero José María de Sancha, que diseñó una fuente de cuerpo hexagonal con seis surtidores de agua y una gran vasija en su parte superior, de ahí el nombre que se le dio a la fuente, de la que se distribuyeron diversos ejemplares por buena parte de la ciudad. Desde estas fuentes, había otras en La Malagueta, en Huelin o en la Trinidad, los malagueños, aún sin agua corriente, recogían el agua que llevaban a sus casas desde el último tercio del siglo XIX hasta bien entrado el XX.
La última Fuente de la Olla, que todos recordaremos, estuvo situada en la Plaza del Carbón hasta la remodelación de este enclave, en el año 2005. Ese es el ejemplar de esta fuente que, tras estos años almacenada, recuperamos para El Palo y para Málaga.
Hace unos meses presenté a la directora del Distrito, como consejero de Cultura del mismo que soy, un pequeño texto en el que defendía la necesidad de recuperar la fuente en Las Cuatro Esquinas. Los motivos para ello eran básicamente tres: embellecer la plaza, recuperar un elemento de nuestro patrimonio histórico-artístico y, fundamentalmente, preservar la memoria de buena parte de los malagueños.
Por suerte, tanto la concejal del Distrito, Carmen Casero, como la directora del mismo, Almudena Ramos, ya estaban trabajando en ello con anterioridad, ya que era una demanda de varias asociaciones de vecinos que venía de antaño.
Hoy la recuperación de este pequeño monumento es toda una realidad. Los paleños más observadores habrán podido ver la fuente casi terminada. Pronto será inaugurada, recuperando un trocito de nuestra historia y de nuestro patrimonio. Haciendo ciudad entre todos.
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