Veredas livianas

Noelia Santos

nsgemez@eldiadecordoba.com

La Gran Vía o la vida

Pido perdón de antemano a todo aquel que desde Madrid se sienta ofendido, pero es que tampoco me van a leer

Me gusta mucho que te guste mucho Madrid. Que disfrutes de esa ciudad en la que parece que vivamos todos, en la que si llueve nos mojamos todos, en la que si hace calor nos abanicamos todos y en la que si hace frío nos ponemos todos el saquito. Me encanta que disfrutes de su inabarcable oferta cultural, que te empapes de su carisma cosmopolita y que te compres toda esa ropa en todas esas tiendas de todos esos barrios chulísimos.

De verdad que disfruto de verte en Instagram con todos esos poéticos pasos de cebra, esas fotografías de la Gran Vía atardeciendo que he visto más fotos de la Gran Vía atardeciendo que mías propias y esas estampas de comida real food en restaurantes donde no es tan caro comer teniendo en cuenta que estamos en la capital.

Hablo en serio cuando te digo que estoy contenta de que estés contento viviendo allí, quizá en las afueras de la M-30 porque siendo realistas la cosa está carísima, pero al fin y al cabo en el lugar donde todo nace, todo se reproduce y todo muere, no sin antes salir en el telediario porque Dios nos libre de no enterarnos de lo que pasa en Madrid.

Te prometo que lo anterior es tan cierto como el hecho de que, aunque me alegre, me da absolutamente igual. Intento no parecer frívola contándote esto, pero es que me la resbala Madrid y todo lo que tiene que ver con la gente que vive y hace Madrid y pido perdón de antemano a todo aquel que desde Madrid se sienta ofendido, pero es que tampoco me van a leer en Madrid porque claro, tú me entiendes.

Tu Ayuntamiento, tus lluvias, tu comunidad, las canciones que hablan de ti. Todo eso y mucho más me da pereza, como pereza me da el centrismo que se muestra hacia tus políticos que, una cosa te voy a decir, parecen bastante peor que los mismos, pero tampoco quiero hablar de ese tema porque puedo salir perdiendo.

Incómoda, impersonal y sobrevalorada es todo lo que me sale decir de Madrid. Y entiendo que le busques las vueltas para encontrarle lo positivo y sentirte a gusto porque quizá tu única opción es estar ahí, en el centro, donde todo llega y todo se va, y eso sí que me parece absolutamente horroroso y ojalá yo pudiera hacer algo. En serio te lo digo, no creo que merezca tanto la pena todo eso para que la única recompensa es que se hable mucho de ti.

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