La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Iceta baila, Borrell se cabrea

Iceta y Borrell representan las dos caras del socialismo: el bailón pro referéndum y el serio anti referéndum

Pase lo que pase el 28-A, el resultado será mediocre o malo a causa de la inconsistencia de los aspirantes a la presidencia del Gobierno. Ni Sánchez, ni Casado, ni Rivera invitan al optimismo porque ninguno ha dado demasiadas muestras de inteligencia y fiabilidad. Dejo Podemos y Vox aparte porque los considero opciones peores que las mediocres o malas representadas por los otros tres partidos. El PSOE se refuerza por el desplome de Podemos, pero el partido hecho a imagen y semejanza de Sánchez es lo menos que en socialdemocracia se ha despachado en nuestra historia. El PP se desangra por la fuga de votos a Cs y Vox mientras Casado aumenta la sangría exhibiendo una torpeza que sorprende incluso a quienes no confiaban mucho en él (Casado y Sánchez demuestran que las primarias las carga el diablo). Y Rivera se parece cada vez más al gato de Cheshire de Alicia en el país de las maravillas por su desconcertante habilidad para desaparecer dejando su eterna sonrisa flotando en el vacío ideológico, sin que se sepa si la próxima vez aparecerá en la rama del PP o en la del PSOE.

Lo menos malo sería un pacto PSOE-Cs, que evitaría el pacto Frankenstein; o un pacto PP-Cs sin Vox, lo que según las encuestas es imposible. Rivera ha dicho que no pactará con el PSOE, lo que quiere decir que podría hacerlo. Porque también se negó a concurrir junto al PP al Senado, aduciendo por boca de su secretario de Comunicación que "somos dos formaciones distintas" y que Cs tiene "otro proyecto" político distinto al del PP… Lo que no impidió que después de esta negativa Rivera tendiera la mano a Casado para formar un Gobierno invocando una "emergencia nacional". Tras lo que, como si la cosa no la tuvieran jodida, ambos se pusieron juguetones: Casado ofreciéndole a Rivera el ministerio de Exteriores y Rivera a Casado el de Universidades. Lógicamente Sánchez se frota las manos mientras se quita de en medio a Cataluña no nombrándola en los 110 "compromisos" que presentó con más banderitas tu eres roja que Celia Gámez en Las corsarias.

Un silencio estratégico roto por Iceta y Borrell representando las dos caras del socialismo: el bailón pro referéndum y el serio que monta un pollo en un programa de alemán televisión indignado ante el carácter sesgado de las preguntas sobre Cataluña. Por eso Sánchez ha desterrado a Bruselas al ministro más aborrecido por los independentistas.

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