El puente del Pilar, con temperaturas veraniegas y días que invitan a disfrutar del paseo y la playa, ha llenado Málaga de turismo. Y eso se ha traducido en cifras de ocupación hotelera que han llegado hasta el 90% en algunos establecimientos. La recuperación paulatina también se ve en restaurantes y chiringuitos, acogedores principalmente de turismo nacional aunque también nórdico, belga y francés. Los cruceros han sido, igualmente, un revulsivo. Tan solo ayer llegaron dos buques con unos 4.000 pasajeros a bordo. Este otoño trae estampas propias de tiempos prepandemia.