Oración partía

Mi gran amigo Alfonso, Señor de Cebadales, condecorado con la Cruz del Campo, erudito y amante del flamenco, docto en este arte Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, me comentó de la extraordinaria versión que el cantante José Valencia ha hecho de poemas de Gustavo Adolfo Bécquer en la Bienal de Flamenco de Sevilla que se anda celebrando en estas fechas. Y salió a relucir en nuestra conversación la no menos extraordinaria versión que hizo la cantaora Mayte Martín de poemas del maestro Manuel Alcántara hace unos años.

Me ha llevado esta conversación a hacer algunas consideraciones sobre la reciente concesión del XXVIII Premio de Poesía Manuel Alcántara que ha recaído en la profesora y escritora sevillana Rocío Rojas-Marcos por su poema Anoche soñé que regresaba a Manderley. Dejo constancia de que con mis comentarios no pretendo ni enjuiciar el fallo del jurado y, mucho menos, el poema. Pero leí en las redes, cuando se publicó el fallo, muchas críticas en el sentido de si se podía considerar poesía o prosa el poema premiado. Incluso algunos de los que hacían dichas críticas se preguntaban qué hubiese dicho el Maestro si estuviese entre nosotros.

Todo ello me ha llevado a leer repetidas veces el poema de la ilustre ganadora y, cierto es que el poema choca de entrada porque más que usar un verso libre, usa un verso libérrimo. El jurado ha entendido que la principal cualidad del poema está en el lenguaje, "entendido como una construcción llena de contrapunto. Inserta vida intima y vida colectiva. A la vez es el poema más moderno y vivo de los presentados al concurso". Realmente el versolibrismo, en España, no es que sea reciente, está presente ya en Juan Ramón Jiménez: "Para que la poesía sea lo que nosotros queramos, el verso libre, blanco desnudo.", o en León Felipe: "Deshaced ese verso. / Quitadle los caireles de la rima, / el metro, la cadencia / y hasta la idea misma. / Aventad las palabras, / y si después queda algo todavía, / eso / será la poesía."

Para Manuel Alcántara "la poesía está para describir sentimientos, para conocerte a ti mismo, para alumbrar la vida, pero su objetivo no es nada jocoso. La poesía es indefinible." Sin embargo él la definió magistralmente, como nadie supo hacerlo antes. "Estaba por el viento, / que yo la vi... Presunta en las palabras…, / escondida en el pecho… /…/ Un poema es propósito / de dorar el misterio, / un inútil intento de saberse, / cordialmente indiscreto. / Y nadie sabe… La poesía es una / manera de silencio."

Pero, para el lector de poesía, un poema, aunque solo tenga la estética, necesita además algo de música que lo distinga de la prosa. Sin duda que el poema ganador del premio responde a las consideraciones que ha hecho el jurado para concedérselo. Tan solo me hago una reflexión derivada de la fusión comentada de poemas bécquerianos o alcantarinos con el flamenco. Resistiría el "Anoche soñé que regresaba a Manderley" una versión en la que "las sílabas tónicas de los versos cayesen en los acentos del compás". O, quizá, cada verso sea tan solo una "oración partía".