En tránsito
Eduardo Jordá
Resurrección
¡Oh, Fabio!
Papafrita es un insulto casi cariñoso. Además, tiene un sabor netamente popular. Papas, palabra que viene del quechua, es como siempre le ha llamado el pueblo andaluz a las más señoritingas y godas patatas. Una vez hablaba de estos asuntos con una cachorra de la alta burguesía sevillana y fue tajante: "en casa, la palabra papa solo la usaban las criadas". En Canarias, poblada en sus inicios por no pocos andaluces, el uso del vocablo papa es una cuestión de principios, una seña de la identidad insular. Decir "patatas arrugadas" te coloca automáticamente al mismo nivel que Enrique y Ana.
Leí con mucho interés la entrevista que este periódico le hizo a Teresa Rodríguez. La roteña ha sido una de las sorpresas de la campaña, porque ha conseguido caer bien pese a su discurso radical y populista, que a veces raya el delirio. Macarena Olona podría tomar nota. En el titular de la interviú, Rodríguez asegura que no le tiene miedo a los de Vox, porque son "unos papafritas". Hay que reconocer la elegancia bajoandaluza con la que la izquierdista lanzó su dardo al partido derechista. Chapeau para la señora candidata. Otra cosa, claro está, es que la palabra describa una elipse de boomerang y termine dándole una sonora colleja. Porque si existiese un Premio Papafrita a la propuesta más absurda de esta campaña, sin duda sería para la de Adelante Andalucía -partido de Teresa Rodríguez- de conceder permisos retribuidos a empleados públicos (a los privados que les den) por el fallecimiento u hospitalización de sus animales de compañía. Hay, desde luego, otras más nocivas y demagógicas, pero esta es sin duda la que más cachondeito ha provocado en los corrillos digitales.
No tan simpática y airosa, sin embargo, estuvo la candidata Rodríguez cuando señaló al sevillano barrio de Los Remedios como madriguera de los "fachas de toda la vida". Aunque así sea, Los Remedios, como La Viña o las Tres Mil, merecen el respeto de todos los candidatos, incluso aquellos cuya población tiene el buen gusto de no votarles. Tampoco estuvo acertada al decir en otro medio que los de Vox "son los señoritos de siempre: tu jefe, tu casero, el cura reaccionario...". Estoy deseando ver al director de este periódico para preguntarle por su militancia en el partido de Santiago Abascal.
En estas interviús, la señora Rodríguez, más que como una papafrita ha actuado como una tontapolla, por seguir con los insultos electorales de la campaña 2022. Falta que alguien saque el junlay y el tontolaba. Todavía estamos a tiempo. Razones no faltan.
También te puede interesar
En tránsito
Eduardo Jordá
Resurrección
Salvador Merino
Siria en vilo
Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Política de proximidad
La esquina
José Aguilar
Que Sánchez mueva el culo