Vaya por delante que esto es más lamento que crítica. Incluso llámenlo pataleta si quieren. No seré yo quien (absurdamente) ponga en tela de juicio los parabienes que trae a la ciudad el teatro de Antonio Banderas. No te puedes enfadar con quien no está enamorado/a de ti, pero sí te puede molestar que no te digan a la cara que no te quieren cuando se lo preguntas.

Y eso es lo que le pasa a un servidor puestos en clave carnavalera. Ahora muchos en el mapa europeo conocerán la calle Córdoba, incluso hay quienes ya la han pisado exclusivamente por ir al primer show del mejor embajador de Málaga. Sin saber que ya había disfraces antes de los de Broadway. Sin conocer a grandes músicos y creadores, pese a que no tengan la talla de mi admiradísimo Arturo Díez Boscovich. Sin que se hayan emocionado con gloriosas comparsas antes que con el A Chorus Line. El Carnaval es un anhelo muy pequeñito, pero muy lícito. Puede que tan pequeñito y lícito como el sueño americano que llevó a Banderas a cruzar el charco…

Cuando supe que Banderas ni siquiera había respondido a la petición del Carnaval para seguir celebrando allí las preliminares del COAC, como en las últimas décadas, me animé a escribir el pasodoble que aquí presento. Iba a ser cantado por la comparsa de Marbella, a la que le estaba escribiendo las letras. Finalmente, el grupo no cantará este año, pero me apetecía aportar esta visión alternativa ahora que todo son alfombras rojas para nuestro malagueño más representativo. Llámenlo pataleta o lamento. Yo prefiero llamarlo Pasodoble a Antonio Banderas:

Antonio, te debo el respeto de ser el paisano / Que a Hollywood puso el acento de nuestra ciudad / Por eso me duele que no nos tendieras tu mano / Y hayas despreciado el Carnaval / A mi pobre voz cayó el telón / Ahora ha comenzado tu función / Donde nuestras coplas… no tienen sitio / No quisiste oír ni comprender / Que esto también es un musical / El reino de Momo y Don Carnal / De nuestro Alameda / Ya no queda nada / Y ahora hemos cambiado los cuchillos largos por tu puñalada / Mi alcalde suavón te contaminó / Y poco después de intentar ayudarte a comprar el Astoria / Te dijo: "Antonio, por Dios llévate ya del Soho a esa escoria / Cámbiame esa chusma por un gran teatro internacional" / Me has roto el corazón, tú eras mi devoción / Desde hoy yo ya no te idolatro / Antes que al Carnaval quieres a Caixabank / Ay, Antonio… / Ay, Antonio Banderas lo tuyo es puro teatro.

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