Brindis al sol
Alberto González Troyano
Vieja y sabia
La esquina
Como se ha especializado en endosar los problemas a otros y reservarse para sí las buenas noticias y las promesas -incluso las de cumplimiento más azaroso-, Pedro Sánchez ha proporcionado esta semana a los españoles lo que menos necesitaban: caos en vez de orden y organización e incertidumbre en vez de certezas.
Primero fueron los expertos los responsables de la primera, y débil, respuesta a la pandemia. Después era la Unión Europea la culpable del retraso en el suministro de vacunas. Más tarde se endosó la autoridad a las comunidades autónomas (si alguna es capaz de asumir el desgaste del estado de alarma, que lo pida y se le concederá). Finalmente, que sean los tribunales superiores los que decidan sobre las restricciones que cada autonomía se vea obligada a adoptar, y siempre quedará el Tribunal Supremo para zanjar las divergencias de criterio entre las distintas Justicias regionales que estamos viendo.
El estado de alarma es el pasado, el futuro se llama vacunar, vacunar y vacunar. Este es el nuevo mantra del presidente Sánchez. Lo cierto es que el proceso de vacunación avanza hacia la inmunidad de rebaño y, con él, la reducción sustancial del número de muertos y contagiados, a la vez que la Unión Europea prevé que España sea el país de la zona con mayor crecimiento del PIB en 2021 y 2022 (como también fue el que más PIB perdió el año pasado).
Pero este panorama futuro no terminaría siendo idílico sin apartar de Moncloa y Ferraz las patatas calientes que el presente inexorable plantea. ¿Que muchos miles de jóvenes celebraron el primer fin de semana sin estado de alarma como una Nochevieja anticipada? Allá las comunidades autónomas y los ayuntamientos que fueron incapaces de controlarlos. ¿Que el turismo británico está en peligro también este verano? La culpa es de una Comunidad, y una señora al frente de ella, que han sido laxas en materia de restricciones y, claro, han asustado a los turistas y alentado a los jóvenes que confundieron la libertad con el libertinaje (un argumento netamente reaccionario que no se oía en España desde los tiempos de Franco). ¿Que la caída electoral del PSOE de Madrid, intervenido por Sánchez, ha sido histórica y cuestiona la solidez del sanchismo y sus alianzas? Pues nada, convocamos primarias en Andalucía para quitar de en medio a Susana Díaz, en maniobra de distracción marca de la casa. Este hombre no supo ganar y no sabe perder.
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