Cuchillo sin filo

Francisco Correal

fcorreal@diariodesevilla.es

Remondo

Las alcaldesas de París y Barcelona empataron de empatía y las desempató la alcaldesa de Remondo

Aveces lo políticamente correcto tiene estas cosas. En el programa La Ventana emitido el día de la Mujer Trabajadora hicieron referencia a una carta conjunta firmada por Ada Colau, Anne Hidalgo y otras dos alcaldesas en la que destacaban la importancia de la mujer en el municipalismo. Ese mismo día, Colau e Hidalgo, regidora parisina de ascendencia gaditana con apellido de seleccionador francés, compartieron palco en el Camp Nou en la noche en la que París valió unas risas. Con ese preámbulo, invitaron a participar en el programa a María José González Herrera, alcaldesa del municipio segoviano de Remondo -319 habitantes- en el que gobiernan las mujeres: la alcaldía, todas las concejalas, la secretaria y hasta la interventora. La epístola moral de las alcaldesas de París y Barcelona encontraba este correlato castellano, un hermoso asterisco para glosar esa revolución del municipalismo.

La alcaldesa de Remondo es prima política de Nick Clegg, que fue viceprimer ministro británico en el gobierno de David Cameron, y sobrina de un caballero que fue alcalde de Olmedo, el municipio de la flor y la obra de Lope. Los interlocutores de la alcaldesa no ocultaron su estupor: la representante de esta felliniana ciudad de las mujeres les dijo que no creía en las cuotas, que no era feminista y que el hijo de una compañera de corporación le había preguntado a su madre que cuándo se celebraba el día del Hombre Trabajador. La alcaldesa es del PP, faltaría más.

El topónimo de su pueblo coincide con el nombre popular que recibió don Remondo, el segoviano que se convirtió en arzobispo de Sevilla cuando Felipe de Castilla renunció al casarse con Cristina de Noruega. Don Remondo acompañó a Fernando III en la campaña de la Reconquista y es uno de los cuatro próceres que lo escoltan en la estatua ecuestre que realizó Joaquín Bilbao. Los otros tres son el almirante Bonifaz, el soldado Garci Pérez de Vargas, que aparece en el Quijote, y Alfonso X el Sabio, padre de San Fernando, al que por lo visto quieren descabalgar los munícipes de IU en el Ayuntamiento de Sevilla porque siendo rey y santo es el Belcebú que encarna todos los males: la santidad y la monarquía. Sería gracioso que la estatua de San Fernando, zamorano de cuna, fuera acogida en nombre de sus paisanos por el alcalde de Zamora, única capital de provincia gobernada por Izquierda Unida. Remondo. Lo que da de sí una palabra.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios