Desde Salitre a Alemania

Urbanismo es el departamento en el que el concejal no encuentra a nadie para firmar un papel. Maneja 32 millones al año

Más de 2.500 kilómetros nos separan de Alemania. Si solo necesitáramos tres años para tender un puente de esa extensión, nos concederían sin concurso previo las próximas ediciones de las expos universales hasta 2127. Pero la realidad es más prosaica. De Alemania nos separan 45 metros. Lógicamente si estamos en la calle Salitre de la capital y frente al Centro de Arte Contemporáneo. La pequeña dificultad es que para alcanzarla hay que sortear el cauce del río Guadalmedina.

La referencia a los 36 meses es por el tiempo que ha consumido el Ayuntamiento de Málaga para reemplazar la pasarela anterior que conectaba las dos vías y que se cerró por los problemas en su estructura. Tras superar los procedimientos administrativos, el equipo de gobierno anunció la apertura para Semana Santa. Al preguntar tras desfilar la última procesión, como las bicicletas, el puente del CAC será para el verano. Problemas con los materiales, ofrecen como causa los responsables. Sustituyeron el hormigón por unas cerchas de hierro, revestido con aluminio. Todo muy innovador. Igual pensaban importar el metal desde Ucrania.

Es un ejemplo más del funcionamiento de la Gerencia de Urbanismo. El lado oscuro de esta Administración local. Una de las grandes asignaturas pendientes de Francisco de la Torre, su responsable durante varios años antes de alcanzar la Casona del Parque. El alcalde de Málaga acaba de cumplir 22 años al frente del Consistorio y suele aplicar una máxima: dejar que los graves problemas se consuman por si solos, en la confianza de que el tiempo los desactivará. Pero, como es el caso, no siempre esa receta es la adecuada.

Urbanismo es el departamento donde el concejal no encuentra a nadie en un despacho que se atreva a firmar la retirada de una pérgola. Un pastiche que comenzó a tramitarse en 2017, con financiación de la Unión Europea y que ahora nadie sabe para qué se pidió. El mismo área en el que podemos encontrar todo tipo de informes para la mole del puerto o que desconoce que se alce en el recinto una segunda valla. Una burocracia estructural. Cuando hace un año el Colegio de Arquitectos denunció el "bloqueo" de los expedientes, conocimos que este área, que habita en un enorme edificio frente al mar, no mantiene un idilio con la digitalización.

Sólo los privados que trabajan con los distintos departamentos conocen qué pasa de puertas para dentro. Pero nadie se atreve a dar un paso definitivo. Temen que algún documento se traspapele, que el cliente contrate a alguien más dúctil o ser el próximo agraciado. El plan de contrataciones de Urbanismo este año supera los 32 millones de euros.

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