El zoco

juan lópez cohard

Vaya usted con Dios, compadre

Dicen que éste es un verano atípico. Y lo es. No por el calor, que antes otros también fueron sofocantes, sino porque nos han obligado, por el dichoso Covid ese, a ir con bozal y los "hocicos escocios". También es atípico por las noticias que nos traen los papeles. A las diarias noticias sobre la situación de los contagios, rebrotes y estadísticas, por autonomías y pueblos (ya unos cuantos confinados), se le ha unido el "affaire" del rey emérito y sus efectos colaterales sobre la institución monárquica.

El coronavirus es noticia nuestra de cada día y ya estamos acostumbrados y, en cuanto al futuro de la Corona en España, no hay por qué preocuparse mucho. La Corona está garantizada. Entre otras cosas porque no creo que haya nadie con medio dedo de frente, ya sea monárquico, republicano o ácrata, que, ante la posibilidad de que un tipejo como Pablo iglesias pueda ser presidente de la república, no prefiera la monarquía constitucional.

Pero ya sea en verano como en invierno la vida sigue y al ciudadano lo que realmente le interesa y le preocupa son los problemas inmediatos, el trabajo y los ingresos, la atención sanitaria, qué va a pasar con el cole cuando comience el curso y, especialmente, quién va a ganar la champios league y cuando comienza de nuevo la liga. Y, a los malagueños, qué va a pasar con el Málaga. O sea, las cosas normales y cotidianas de la vida.

El otro día fui a cenar al Huesca, que emigró de Carranque y se vino al centro, a Calle Cañón, al ladito de la catedral. Tan excelente como siempre. Y tan agradable, también como siempre, mi amigo Ignacio que me saludó con un: "Choca el codo, camarada". "¡Hombre, Nacho, dame un abrazo con mascarilla y sin besos para no contagiarnos!" Allí, por casualidad, me enteré de un suceso de esos que son los que preocupan a la gente de a pie: a Vd., a mí y al vecino de enfrente. Un suceso referido a la atención sanitaria en nuestra ciudad. Se lo cuento a Vds porque, si no fuese por lo desgraciado, parecería un chiste.

Resulta que un amigo, desgraciadamente, por causa de multitud de microinfartos cerebrales, tiene paralizado medio cuerpo y el otro medio le sirve de poco. Ante una crisis que le dejó postrado totalmente, con dificultad para respirar y tragar, con vómitos y, según informe médico, "postrado semicomatoso", fue ingresado por urgencias en el Hospital Clínico. Fue ingresado por tres veces, y dado de alta y devuelto a su casa en ambulancia por otras tantas. Ante la gravedad, el director del Centro de Salud de Churriana decidió volverlo a ingresar, pero la familia se negó a que fuese de nuevo al Clínico por lo que se le derivó a Carlos Haya donde lleva tres días ingresado recuperándose adecuadamente. Lo chocante del caso es que en el "Informe Clínico de Consulta" del Hospital Clínico, tras describir su enfermedad y situación, detallando que padecía "incontinencia fecal y urinaria", etc., etc., se concluyese con un: "Actualmente no trabaja y sale poco". Solo le faltó terminar el parte de alta con un: "Y vaya Vd. con Dios, compadre".

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