Esta piscina natural es "de las mejores de la provincia de Málaga, extensión, comodidad..."
La charca de La Llana, en Jimera de Líbar, ofrece aguas limpias, sombra natural y un entorno paisajístico único en la Serranía de Ronda
Fácil acceso, mesas bajo los sauces y sin aglomeraciones: así es esta poza del río Guadiaro que conquista cada verano
Las piscinas naturales de Málaga una a una: la más fría, la refrescante, la secreta, la familiar...
La provincia de Málaga alberga rincones naturales sorprendentes, y entre ellos destaca la charca de La Llana, una piscina natural ubicada en el municipio de Jimera de Líbar, en pleno corazón de la Serranía de Ronda. Este espacio, de singular belleza y notable amplitud, se encuentra a escasa distancia del núcleo urbano, cerca del límite oriental del Parque Natural Sierra de Grazalema.
Con vistas privilegiadas a los macizos calizos de Líbar, la charca se presenta como un remanso de paz en el que el agua y la piedra se dan la mano para conformar un entorno refrescante y sereno. La poza, alimentada por aguas del río Guadiaro y del arroyo de Atajate, sirve principalmente como zúa para la retención de agua destinada al riego, pero su entorno ha acabado convirtiéndola en un enclave natural ideal para disfrutar durante los meses de verano.
Un acceso sencillo junto a un entorno de valor paisajístico
Acceder a la charca de La Llana resulta relativamente fácil. El punto de referencia es la barriada Estación de Jimera de Líbar. Desde allí, tras cruzar la vía férrea por una carretera local y seguir un carril terrizo en paralelo al río Guadiaro durante aproximadamente un kilómetro, se alcanza el área de baño. A lo largo del recorrido existen varios ensanches que permiten estacionar el vehículo con comodidad.
La localización de esta piscina natural no solo garantiza una experiencia refrescante, sino que además permite integrarse en un entorno rural de gran interés geográfico e histórico. Toda la ribera pertenece a la cañada real del Campo de Gibraltar, una de las tradicionales vías pecuarias que atraviesan la Serranía. Además, por la zona discurre el sendero que une Jimera de Líbar con Cañada Olivar, lo que amplía las posibilidades de conexión con otras rutas y espacios naturales.
Características de la charca: amplitud y frescor bajo los sauces
La charca de La Llana no es excesivamente profunda, aunque en las zonas centrales sí alcanza una cota que exige precaución, sobre todo para niños o personas sin experiencia en el agua. Uno de los elementos que la hacen destacar frente a otras pozas de la provincia es su amplia superficie, que permite el baño y el descanso sin aglomeraciones.
El entorno inmediato está acondicionado con bancos y mesas bajo la sombra generosa de sauces llorones y chopos, lo que añade comodidad al visitante. Aguas arriba, aunque sin acceso directo desde el carril, se extiende la charca del Rucho, otra badina que prolonga el caudal retenido. En el paraje también confluyen antiguos caminos, como la mencionada cañada real y el arroyo de Atajate, que refuerzan el carácter histórico y natural del enclave.
Seguridad y precauciones a tener en cuenta
Aunque se trata de un espacio natural con acceso fácil y entorno amable, conviene extremar ciertas precauciones. La zona donde el muro retiene el agua puede estar cubierta de verdín resbaladizo, por lo que acercarse al borde requiere atención. Además, la forma alargada de la charca hacia el norte impide una visión completa desde la zona más próxima a la “playita”, lo que implica mayor vigilancia si hay menores presentes.
Uno de los elementos más característicos es una soga que pende de un árbol, usada habitualmente para lanzarse al agua tras un leve balanceo. Aunque no representa un gran riesgo, se recomienda vigilar su uso, especialmente por parte de los más pequeños.
Jimera de Líbar, enclave natural y cultural
El atractivo de la charca de La Llana se complementa con la propia oferta de Jimera de Líbar, un municipio que combina naturaleza, tradición y hospitalidad. Su núcleo urbano y la estación de tren forman un conjunto pintoresco donde se puede pasear, disfrutar de una gastronomía local muy apreciada y descansar en alojamientos rurales.
Además, los alrededores ofrecen rutas de senderismo y vías ferratas, consolidando a Jimera de Líbar como uno de los destinos más interesantes de la comarca durante la temporada estival. A menos de 30 kilómetros de Ronda, la charca de La Llana y su entorno suponen una opción privilegiada para conocer la riqueza natural y patrimonial del interior de la provincia de Málaga.
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