Tras la reconquista española fueron muchos los lugares repoblados por ciudadanos de otras regiones y países. Esta labor duró siglos, permitiendo la creación y consolidación de cientos de pueblos y ciudades. Hoy muchos de ellos se encuentran en una seria situación de envejecimiento y de abandono, que debe ser frenada pero ¿será suficiente con un llamamiento a los jóvenes y a su espíritu de vida natural?

Todas las administraciones se encuentran enfrascadas en concienzudos análisis sobre la España vaciada. Las llamadas de atención de la plataforma "Soria ¡Ya!" y del movimiento "Teruel Existe" planean sobre el panorama electoral, ya que su nacimiento es replicable en provincias con muy poca población, al contar siempre con un mínimo de dos diputados en cada una de ellas. Y de ahí la preocupación cortoplacista de los grandes partidos.

Pero esta situación se ha venido gestando durante muchos años, al albur de un desarrollo que primaba especialmente a las grandes poblaciones, por lo que revertirlo no es tan simple ni tan rápido. A priori muchas de las infraestructuras básicas deben ser resueltas. Desde el acceso al agua y la energía, hasta las comunicaciones y las telecomunicaciones, el abanico de necesidades de la población joven actual es claramente diferente. Sin duda hay muchos voluntarios para vivir en lugares más saludables y tranquilos, que permitan desarrollar nuevos proyectos profesionales, pero muchos de ellos requieren de una conexión en tiempo real con el resto del mundo a la que todos nos hemos acostumbrado.

Otro tema trascendental es el desarrollo de una sanidad rural que iguale los tiempos de acceso hospitalarios en todo lugar. Esta imprescindible red de medios de transportes medicalizados debe aprender, como se hace en otros países, de la gran infraestructura logística con la que hoy cuentan la mayoría de las empresas de paquetería. Si éstas son capaces de llevar cualquier cosa a los más recónditos lugares en tiempo récord, ¿por qué no usar esa tecnología en el transporte de personas hacia centros sanitarios?

Es evidente que son muchas las incógnitas para lograr una repoblación de nuestros pueblos moderna y sostenible, pero si está bien planificada y pensada a largo plazo, el reto es muy interesante. Esperemos volver a escuchar pronto el alboroto de los niños en estos lugares porque esa, sin duda, será la mejor señal de que las cosas se hacen bien.