Fabio Rivas

¡Se armó el sirio!

Mitologías Ciudadanas

Sí, con "s". Se armó el sirio, no el cirio Pascual, de donde parece que proviene la expresión, la cual aludiría al enorme follón que se creaba en semana santa, cuando se montaba el cirio pascual para sacarlo en procesión. Pero no, aquí con "¡Se armó el sirio!", nos referimos a Bashar al-Assad, presidente de Siria -por la gracia de su padre-, que tras las protestas antigubernamentales de 2011, motivadas por el nivel de corrupción, desigualdad, pobreza, autoritarismo y constante violación de los derechos humanos, decidió revolverse violentamente contra su propio pueblo.

Así, y respondiendo a los intereses económicos, geopolíticos, religiosos… de una multitud de países (EE.UU, Arabia Saudita, Catar, Kuwait, Turquía, Rusia, Irán, Hezbolá, grupos armados kurdos…), este conflicto bélico ha adquirido proporciones devastadoras: 220.000 muertos, 11 millones de desplazados, 12.2 millones de personas que dependen de la ayuda humanitaria para subsistir, 3.9 millones de refugiados (la mayor parte en Turquía, desde donde pretenden trasladarse a Grecia y, desde allí, hacia Europa del norte y del este). Y en este estado de cosas, el presidente turco Erdogán, argumentando que la Unión Europea aún no le ha pagado los 6.000 millones de euros comprometidos para que vigilara la frontera sirio-turca, anuncia la apertura de la misma, con el subsiguiente éxodo de miles de sirios exhaustos, pobres, con poco que perder, hacia la frontera turco-griega, en una Grecia actualmente gobernada por la derecha y, sobre todo, con una depresión económica que no parece tener fin, a pesar de la cual, hasta ahora, ha acogido en su territorio cerca de un millón de refugiados; así que, Grecia, ha anunciado el cierre de esa frontera y la suspensión del derecho de asilo, mientras su ejército, la policía y los grupos de extrema derecha campan reprimiendo a sus anchas, con el beneplácito y los aplausos de Europa, que ha perdido el norte ético (si es que alguna vez lo tuvo): "Grecia es nuestro escudo europeo", ha declarado sin sonrojarse la presidenta de la Comisión Europea.

Y ahora que hasta Europa se olvida de lo que un día anunció como uno de sus grandes fundamentos éticos -la defensa de los derechos humanos-, y el mundo se muestra más feo, más malo y más injusto, antes de que el coronavirus borre la tragedia siria de la actualidad, hay que gritar más fuerte que nunca, con la rabia que los niños ponen en lo que estiman como justo: "Paz, piedad y justicia", pues entre las "comprensibles" razones que algunos gobiernos esgrimen para no hacer nada (nada positivo, se entiende), existen muchas y legítimas razones para hacer algo piadoso, urgente y humano, y si no, por lo menos, articular ya las condiciones para una inmigración selectiva. A Europa, donde no pare ni Dios, le interesa.

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