luces y sombras

Antonio Méndez

No es ciudad para arquitectos

12 de mayo 2009 - 01:00

THOM Mayne se ha caído del cartel. El arquitecto norteamericano ganador del Pritzker, el Nobel de este oficio, en 2005 no ejecutará 200 VPO en la zona de la Universidad, tal como le había encargado hace algunos años el Ayuntamiento. Las razones oficiales que esgrime el Instituto Municipal de la Vivienda son poco convincentes. No se puede buscar una figura mundial y desecharla después porque no gusta su estilo arquitectónico.

Tampoco insinuar por lo bajini que igual nos daban gato por liebre, porque los bocetos se parecían demasiado a los inmuebles que diseñó para una promoción en Carabanchel, donde no tuvo impedimentos para ejecutar el trabajo. El caso es que el problema se zanja con el auxilio de la gente de la casa.

Así que ya tenemos un episodio más a sumar a esa búsqueda de arquitectos de renombre mundial para que dejen su sello emblemático en la capital. Recuerdan a Frank Ghery y aquel viaje surrealista de ida y vuelta al Puerto para ver si le inventaba algo, para sorpresa del presidente de la propia Autoridad Portuaria, Enrique Linde, que para nada quería contar con el artista en sus futuros planes. Rafael Moneo también iba a ejecuta la ampliación del Centro de Arte Contemporáneo, pero ahora estamos en época de reducción. El mismo autor ha proyectado un hotel en Hoyo de Esparteros, al que la Junta pone todas las trabas por el exceso de edificabilidad. El rascacielos de David Chipperfield en los terrenos de Repsol también se ha quedado romo por exigencias de Aviación Civil. Aunque peor fue la terminal del aeropuerto, cuyo autor, Ricardo Bofill finalmente se negó a reconocer.

Así que sólo hay espacio para el talento local. Tampoco es que nos haya ido mal con los Asenjo, Romero, Reinoso, Gavilanes, Cámara, Machuca, Pérez de la Fuente, Martín Delgado, Lacourt... Y por supuesto con el gran agitador cultural sin el cual esta capital sería irreconocible: Moreno Peralta. Pero es una lástima.

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