EL ZOCO

Juan López Cohard

Los cuñados

29 de noviembre 2009 - 01:00

EN la vida política española los cuñados siempre tuvieron una gran importancia. Algunos fueron peligrosos para el propio cuñado del cuñado. Se contaba que, en cierta ocasión, Cánovas escuchaba con atención a un joven diputado de brillante oratoria y le preguntó al diputado que se sentaba junto a él que quién era, a lo que éste le respondió: es Maura, el cuñado de Gamazo. Cánovas, muy circunspecto, le auguró: pues pronto Gamazo será el cuñado de Maura. No se equivocó. Serrano Suñer no sólo fue el cuñado de Franco, fue el cuñadísimo mientras le sirvió, también Robles Piquer fue siempre el cuñado de Fraga y así seguiríamos en una inacabable lista de cuñados. Pero a veces los cuñados son peligrosos. En el Ayuntamiento de Málaga ha aparecido el cuñado del concejal Manuel Marmolejo, aún no sabemos si llegará, como ocurrió con Gamazo y Maura, a que sea Marmolejo el cuñado del hasta ahora desconocido del que sólo sabemos que es socio de la empresa Greensur. Si Maura mandó al olvido a su cuñado por su valía, Serrano le sirvió a su cuñado de pivote en la política exterior con el fascio y Piquer llegó a ministro por su cuñado Fraga, el cuñado Greensur le ha servido a Marmolejo para contratar obras dedificadas, o sea contratar "a dedo" obras para el Ayuntamiento. Esto es lo que se llama un cuñado peligroso.

Alega Marmolejo desconocimiento legal en la reincidente práctica, no explicita si lo que desconocía era la Ley de Procedimiento Administrativo, el Reglamento orgánico del Ayuntamiento, o que Greensur era su cuñado. En cualquier caso la excusa no tiene validez alguna ya que el desconocimiento no excusa del cumplimiento de la ley. Hablar, como lo ha hecho el alcalde Francisco de la Torre, de "buena fe" en éste caso no parece acertado, especialmente cuando es -y presume de serlo- muy riguroso con los temas que rozan la deshonestidad y la inmoralidad política. 18 Adjudicaciones, por una cuantía de casi 300.000 euros, y otros 92 contratos "menores" por casi dos millones de euros por el sistema digital, en tres años, va más allá de la presunción de error y desconocimiento y la fe en la "buena fe" del concejal. Algo le está fallando a nuestro alcalde en el asunto de las contrataciones directas. Ya recientemente saltó la alarma con el caso de Campanillas, donde un empresario obtuvo numerosos contratos por cantidades que rozaban el límite de la licitación pública. Prácticas que si bien son legales están en el borde de caer en fraude de ley.

No es de recibo que estas cosas se despachen con unas disculpas y el propósito de enmienda. En la vida, y especialmente en la vida política, existe lo que se llama responsabilidad y respeto a los ciudadanos. Manuel Marmolejo como concejal responsable de estas contrataciones directas a una empresa de su cuñado, claramente incompatibles con la legislación vigente que contempla estas actuaciones, debe asumir su responsabilidad y, cuando menos, presentar su dimisión como tal. De no hacerlo así es el alcalde quién se lo debe exigir. Y cuidado con los cuñados, que cuñados hay más de uno.

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