La tribuna

Juan Carlos Pérez-Lanzac López

El desarrollo de mi pueblo, Álora

NACÍ en Álora hace 61 años y la he llevado en mi corazón toda la vida a pesar de mis ausencias por las obligaciones de estudio y de trabajo, aunque siempre le he seguido la pista. Y siempre que puedo allí que estoy.

Desde los 5 hasta los 13 años viví allí. Corrían los años 1955-1970. A España continuaba llegando la ayuda americana y en los colegios públicos a los niños le daban por la mañana un vaso de leche en polvo. Sobre las 12 de la mañana, el maestro autorizaba a un niño para que en el patio de la escuela disolviera en una orza con agua un paquete de leche en polvo y con un palo la movía hasta su total disolución. Los niños se ponían en fila con su cacito de lata y recibían su dosis de calcio matutino y por la tarde un trozo de queso fresco de color amarillo. A veces yo me escapaba de mi colegio privado y me iba a la escuela publica a probar estos alimentos ricos en calcio. El maestro era don Juan Calderón que me consentía la rabona por amistad con mi padre.

En aquellos años, los perotes vivían del campo, principalmente de los cítricos, almendros, aceitunas etcétera. Una familia podía vivir perfectamente con cuatro fanegas de cítricos, principalmente de naranjas. Existían pocas variedades de naranjas. Estaba la amarga de la cual se sacaba la cáscara que decían que era para hacer pólvora, del árbol se aprovecha el azahar para sacar la esencia y los gajos o pulpa para el ganado.

La naranja china era comestible y servía también para zumo y por ultimo la mandarina que tenía muchos huesos. Pues con estas variedades se tiraba el año, y el que no tenía cítricos tenía olivos o almendros, algarrobas, garbanzos. El caso es que en el pueblo la peseta se movía e incluso se puso en septiembre una segunda feria. Los sábados y domingos la calle principal del pueblo era un bullicio de gente. Los años pasaban y la gente iba prosperando, aparecieron nuevas variedades de naranjas como la verna y la valencia late. Se comenzó a plantar limones, limas, sanguinélis. Se montaron cooperativas para comercializar nuestros cítricos, los murcianos y valencianos venían a comprar nuestras naranjas. Las vacas y los mulos fueron sustituidos por los tractores y aparecieron los herbicidas y abonos. El dinero se movía.

Esta situación duró bastantes años, pero por desgracia a partir del año 1991, comienza la crisis de precios de los productos del campo, hasta el extremo de que hoy día a una finca de cuatro fanegas de cítricos hay que ponerle dinero encima y en los supermercado se ven bolsas de naranjas procedentes de Sudamérica y las nuestras en el suelo. ¿Qué política es ésta?

Han cerrado cooperativas y no sabemos lo que vamos a hacer con los productos de nuestro valle del Guadalhorce.

Yo pienso que a grandes males grandes remedios, y que aunque esta frase es fácil decirla, ¿cuáles son los remedios? No soy economista ni empresario, pero mi sentido común me dice que Álora tendría que hacer algo que nadie haga con sus productos, es cuestión de que el Ayuntamiento y las asociaciones de agricultores le den al coco.

Al ser farmacéutico, mi prisma de observación se encamina hacia los derivados de los vegetales. Creo que el enfoque de las alternativas va hacia la producción ecológica.

En el caso del naranjo habría que volver al amargo, aprovechar de nuevo el azahar, las naranjas para mermelada. Del limón también zumos y productos saborizantes para la industria farmacéutica.

Así por ejemplo, de la naranja amarga se puede obtener el agua de azahar que es antiespasmódica y ligeramente hipnótica. La corteza es un tónico estomacal y un carminativo que facilita la expulsión de los gases intestinales. Es decir propiedades carminativas y digestivas.

La vitamina P se encuentra en un 8% en la cáscara de la naranja y la parte blanca que se encuentra debajo. Es la vitamina de la permeabilidad de los vasos sanguíneos, con lo cual contribuye a reducir la fragilidad capilar.

Del naranjo dulce, se obtienen productos para confituras, empleando su jugo para preparar naranjadas.

En el jugo de la corteza de limón se encuentra entre un 5-10 % de ácido cítrico muy utilizado en la industria farmacéutica. También contiene ácido málico, acético y fórmico.

Por supuesto la vitamina C que se obtiene de los cítricos, para los preparados farmacéuticos.

Otra posibilidad novedosa serían los derivados ecológicos como las mermeladas y zumos que son tan escasos. De la almendra y del aceite de oliva existen otros derivados de amplios usos farmacéuticos, como en ungüentos.

El granado contiene tanato de pelletierina usado como tenífugo y vermífugo.

Esto son ejemplos, por citar algunos, pero las posibilidades son muchísimas, lo único que se necesita es imaginación, voluntad por parte de los organismos oficiales, empresarios valientes y esperar la crisis.

Le he propuesto al alcalde de Álora que trabaje en convertir a nuestro pueblo en el pueblo pionero en ecología, es decir mentalizar a los agricultores para escoger la vía ecológica en la producción de fruta y productos hortícolas. Es hacer algo distinto.

Con euros también se puede reconvertir el antiguo cementerio en parador de turismo, ofreciendo alternativas de excursiones a los diferentes parajes de los alrededores y pueblos, que son maravillosos.

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