Dime de qué presumes

24 de junio 2025 - 03:07

Soy economista y confieso que lo más importante que aprendí en la facultad fue a no dejarme engañar por los economistas. Las cifras macroeconómicas las manejan dependiendo del color del partido con que las miran. Por ejemplo, cuando te dan la inflación del IPC, suelen ocultarte el aumento real del costo de la vida. ¿Cómo? Cambiando, por productos más baratos, los productos que entran en el cálculo, eliminando artículos volátiles (alimentos o energía) o utilizando un método adecuado para estimar el valor de los bienes. Igual ocurre con los datos del Desempleo. A menudo no incluyen a los que ya no buscan empleo, ni a los subempleados, ni a los fijos discontinuos, aunque no tengan trabajo y estén cobrando el desempleo. Tampoco puede uno fiarse del Déficit fiscal: Nos lo dan camuflado. Sacan partidas del presupuesto que llevan a empresas estatales y así se endeudan fuera del presupuesto, o se manipula la contabilidad atrasando pagos al siguiente año fiscal, o contabilizan ingresos extraordinarios como si fuesen permanentes. ¿Y qué decir del PIB? Inflado, siempre, ¿Cómo? Pues incluyendo actividades de dudoso valor y legalidad (prostitución o tráfico), se revisan al alza los datos anteriores de las series estadísticas, o se calcula el PIB nominal y se minimiza el efecto inflacionario, así el “crecimiento” siempre será mayor. Y, por poner un último ejemplo: ¿Qué ocurren con los índices de pobreza y desigualdad? Pues que se mejoran bajando la cifra limite de la pobreza, así se quedan fuera de ella muchos, aunque no tengan pan que llevarse a la boca, o se desprecia el efecto de la inflación sobre las clases más débiles.

El Gobierno, corrupción aparte, sólo puede presumir de resultados económicos “como jamás Gobierno alguno ha dado”. Eso no es verdad, aunque tampoco sea del todo mentira. Tenemos un PIB creciendo al 3,2%, pero la desigualdad también se ha acrecentado. El crecimiento del PIB se debe más al aumento del número de trabajadores (sobre todo inmigrantes) que a un incremento de la productividad. La clase media tiene el mismo nivel de vida que tenía en 2008 (los pensionistas peor, por la inflación) y más de dos tercios de los trabajadores ganan menos de 30.000 €/año. Por otro lado, la Deuda pública ha alcanzado los 1,6 billones y sigue creciendo; su bajada respecto del PIB es mentira, ya que no se ha deflactado. Y, para arreglar el cuadro macroeconómico, el 26% de la población está en riesgo de pobreza y exclusión.

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