Los durmientes del PP

La lista de espera de aspirantes del PP es muy larga, pero a muy pocos los seleccionarían por su eficacia en la gestión

Siempre estaré agradecido a la periodista Encarna Maldonado, que me descubrió, hace ya casi dos décadas, al escritor libanés Amin Maloouf. León el Africano y Samarcanda han sido para mí dos libros imprescindibles para comprender la cultura oriental, lejos de la acción-reacción que concebimos en occidente. Apasionante el relato que narra la creación de los hashshashin o secta de los asesinos, un grupo de criminales implacables que sembraron el terror en oriente próximo a partir del siglo XI.

Pero lo que convertía en indetectables a esos elegidos para la muerte, no era que estuvieran dispuestos al martirio, después de probar los manjares que les aguardaban en la gloria (el hachís), sino que los hashsasihin vivían integrados en la sociedad que pretendían combatir. Algunos incluso desde niños, como durmientes. Sólo al pedirles el líder que actuasen, se desenmascaraban ante el estupor de los que habían convivido con ellos toda la vida. Pero ya era tarde para reaccionar.

Admito que la metáfora es harto exagerada para la moraleja a la que quiero aplicarla. Pero al menos, el que no haya leído los dos libros, aunque luego discrepe de la comparación, seguro que me agradece este prólogo. Me da la impresión de que el PP, en realidad, nunca se creyó que fuese a gobernar alguna vez la Junta. Después de 36 años de ejecutivos socialistas, acaban de desembarcar en una Administración que, para ellos, es similar a la de un país extranjero.

A tenor de las señales que emiten, parece que nunca se preocuparon por conocer qué personas trabajaban en la Junta con alguna afinidad política a la de su formación. De tal manera que en este nuevo escenario podrían despertar a esos durmientes para liquidar la etapa anterior e iniciar la nueva con personal de confianza. Lógicamente hay excepciones. Sí, es cierto, hay un director financiero de un hospital que puede acabar de gerente del Servicio Andaluz de Salud. Y algunos casos más. También que la lista de aspirantes del PP en espera de ocupar ahora algún cargo es muy larga. El problema es que la mayoría de los aspirantes ningún head hunter los seleccionaría por su probada experiencia en la gestión. Y el desafío no consiste en colocar el saldo de militantes ansiosos de una paga segura hasta 2023, sino buscar eficiencia para aplicar políticas distintas.

Los párrafos anteriores se pueden aplicar a Ciudadanos. La diferencia es que el joven partido naranja ha tenido mucho menos tiempo para tejer sus redes. Juanma Moreno tomó posesión el 18 de enero. Celebró su primer Consejo de Gobierno el pasado 26 de ese mes y el segundo se ha fijado para el 5 de febrero. Sí, un cambio tranquilo pero también obligado.

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