Las piscinas naturales de Málaga una a una: la más fría, la refrescante, la secreta, la familiar...
De este a oeste, la provincia de Málaga está repleta de charcas y pozas únicas y espectaculares originadas por sus ríos
Del Charco Frío al Charco de la Barranca pasando por el de la Llana, la Ermita, el del Moro, el Chalet o la Zúa
Ni el Caribe ni las Bahamas, esta es una de las playas más turquesas del mundo y está en Málaga
Málaga no solo es sinónimo de playas y calas escondidas. La provincia atesora un sinfín de rincones naturales donde refrescarse en plena montaña. Desde cañones fluviales hasta pozas ocultas entre sierras, las piscinas naturales de Málaga conforman un paisaje de aguas cristalinas y rincones frescos que recorren sus diversas cuencas hidrográficas. A continuación, un repaso detallado por algunas de las más singulares y cómo llegar a ellas.
Vado de los Patos, el tesoro oculto del río Chíllar
En Nerja, a lo largo de la ruta que recorre los cahorros del río Chíllar, se encuentra el Vado de los Patos. Para acceder a él hay que partir desde la avenida de Pescia y seguir el camino de los Almanchares. Tras dejar atrás la antigua cantera y la fábrica de luz del Salto Grande, el cauce se angosta y aparecen los cahorros. El Vado de los Patos surge tras recorrer casi 8 kilómetros, ofreciendo un entorno fluvial espectacular.
Pozas del río Sábar, entre olivos y puentes
Situadas entre Periana y Riogordo, estas pozas se localizan junto al puente que cruza el río Sábar, en la carretera A-7204. Tras descender por una vereda entre olivos, se accede a la ribera, desde la que se divisa el puente. Este enclave es uno de los más accesibles del interior de la Axarquía.
Charco del Infierno, en la cola del embalse de Casasola
Ubicado cerca del km 18 de la carretera A-7075 entre Málaga y Antequera, el Charco del Infierno es un remanso alargado con un entorno natural atractivo. El acceso se realiza por un carril que parte desde el punto kilométrico señalado. El lugar se encuentra en la zona conocida como la cola del embalse de Casasola.
El barranco de Jorox: Charco de la Caldera y Charco del Pontón Alto
En la Sierra de las Nieves, la pedanía de Jorox (Alozaina) ofrece dos enclaves fluviales: el Charco de la Caldera, con su cascada de 22 metros, y el Charco del Pontón Alto. El primero se encuentra tras descender por un sendero oculto por vegetación, mientras que el segundo requiere seguir una pista que pasa junto a la fábrica de luz de San Augusto.
Tolox y El Burgo: Charco de la Virgen y Largo del Dique
Desde Tolox, parte un sendero que conduce al Charco de la Virgen, a 2,3 km del balneario de Fuente Amargosa. Por su parte, desde El Burgo se accede al Charco Largo del Dique, tras recorrer un carril que se interna en el Parque Natural Sierra de las Nieves.
El Turón y el Charco de la Olla
En Ardales, el Charco de la Olla se ubica en el paraje de las Huertas del Turón. El acceso requiere seguir las señales del GR-249 y después tomar un sendero junto al río. La poza se sitúa bajo un impresionante tajo calizo.
Barranco Blanco y el Alaminos: naturaleza entre Coín y Mijas
El entorno de Barranco Blanco, entre Coín y Alhaurín el Grande, reúne varias pozas destacadas: el Charco del Infierno y el Charco de la Paloma. En época estival el acceso motorizado está restringido, por lo que es necesario caminar entre pinares hasta alcanzar estas zonas de baño.
Guadiaro y sus afluentes: pozas en Benaoján, Jimera de Líbar y Cortes
El valle del Guadiaro concentra un número notable de charcos. Destacan el Charco Frío bajo la Cueva del Gato, el Charco de la Barranca en Benaoján y varias charcas en Jimera de Líbar como la de la Llana o la de la Ermita. En Cortes de la Frontera se encuentran lugares emblemáticos como el Charco del Moro, el Chalet o la Zúa.
Genal y sus joyas: de la Escribana al Charco Azul
El río Genal alberga algunas de las piscinas naturales más recónditas y vírgenes. La Charca de la Escribana, entre Benarrabá y Genalguacil, es una de las más amplias y accesibles. También destacan el Charco Azul (acceso desde Genalguacil), el Charco Moclón en Júzcar o el Charco Esteban, cercano al molino de Almenta. Otras pozas notables son el Charco del Puente de San Juan y el Charco del Tajo Molino en Ronda.
Manilva y la Hedionda: Charco del Infierno
Desde la zona de los baños de la Hedionda parte una ruta que permite acceder al Charco del Infierno, tras recorrer 1,5 km de sendero en paralelo al río Manilva. El entorno combina historia, naturaleza y aguas termales.
Piscinas naturales en la Costa Occidental: Istán, Benahavís y Estepona
El río Verde y su afluente Molinos en Istán ofrecen rincones como el Charco del Canalón, mientras que Benahavís acoge la célebre Charca de las Mozas. En Estepona destacan la Charca de las Nutrias y la de la Extranjera, ambas ocultas entre pinares y accesibles tras caminatas de varios kilómetros desde la A-7.
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