Confabulario
Manuel Gregorio González
Narcisismo y política
Mientras debatimos si el CO₂ es de izquierdas o de derechas, un leve accidente de tráfico me ha devuelto la fe en el paisanaje de Cenacheriland. Será porque el suceso que voy a relatar ocurrió cerca de donde las monjitas, en el callejón que llamamos Diagon, dados los peligros voldemortianos que serpentean por allá. Como viejennial bien mandado, fui a vacunarme de la gripe al centro de salud. Banderilla, tirita y, tiritando, de vuelta a la madriguera a eso de las 8:45. Entonces, un Mercedes de esos tochos y relucientes que cuestan varios salarios anuales mínimos amaga y frena en un cruce, sin brusquedad. Para evitar un alcance (clásico accidente en el que un vehículo abolla a otro por detrás), intento una maniobra evasiva. Este tipo de despistes ocurren con frecuencia cuando no se respeta la distancia de seguridad o la velocidad. Los moteros lo sabemos bien. Ay, amigo lector, pero ahí estaba la tapa de alcantarilla, empapada, ese soleado miércoles.
El resultado fue una accidentada coreografía a lo Buster Keaton. Más de 100 kilos de redactor aguantando otros 210 kilógramos de fiable motarrón se van al suelo a cámara lenta, con serio peligro de provocar un socavón. Hostia terrible, como dice el Recio.
Si esperaba tocata y fuga del conductor del auto, en absoluto. Sale del coche un chaval que me pregunta, con sincera preocupación, si estoy bien. Mientras me retuerzo como una culebra de dolor, tras haber efectuado una croqueta que ni Nadia Comaneci, el joven me ayuda a levantarme del suelo y, entre ambos, enderezamos la burra. Aliquindoi, una vecina que pasaba por allí con su carrito de la compra ya tenía anécdota para compartir con el cajero del súper. Lo que más me escocía era el orgullo herido. Agradecí mucho el socorro de este conductor anónimo, al que tuve que insistir en que no se preocupara más y restara importancia al asunto. Un buen tipo, ejemplo de empatía y educación. No hubo reproches ni malas formas, solo un acto de bondad gratuita y otra anécdota en las costillas para el historial.
Yo le echo la culpa al estrés de estas fechas disparatadas. Según los expertos, el sentido del equilibrio y el estrés están intrínsecamente relacionados, ya que un estado de equilibrio mental, emocional y físico ayuda a prevenir estos desvaríos ;-)
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