España, ni una

08 de diciembre 2024 - 03:09

Ni cincuenta y una. España, exactamente tres: Canarias, Ceuta y el resto del país, al que habrá que buscarle un nombre adecuado que identifique esta merma. Al menos eso es lo que se desprende de la falta de acuerdo en el reparto de menores inmigrantes no acompañados que llegan a estas comunidades autónomas. Cuando se trata repartir esta carga, España deja de ser una unidad de destino en lo universal y se aplica el viejo refrán “cada perrillo se lame su rabillo”. Tan español como el “España una y no cincuenta y una”. Y si los moros sitian la plaza, lanzándonos cayucos repletos de menores, ahí está el ejemplo de Guzmán el Bueno, ofreciéndoles su cuchillo para que ejecuten con él a su hijo. Mientras que no se cambie la política migratoria en origen, Canarias y Ceuta resistirán la presión y aguantarán el chaparrón, aunque sus servicios sociales y la presión territorial se dispare hasta hacerse insostenible y se vuelva a gritar que allí no cabe uno más. Con lo que habría que llevar a algún sitio los que ya están allí, que no puede ser el resto de España y que está por ver que puedan ser sus países de origen, si es que se sabe cuáles son. Y no digo que no se tenga que revisar la política migratoria, pero su ejecución también depende de los países de donde salen las pateras. Algunos de los cuales obtiene gran parte de sus ingresos de divisas de las remesas que les mandan sus compatriotas emigrantes, con independencia de cómo hayan salido del país. Exactamente igual que cuando España era una y Pepe se fue a Alemania. Claro que, si se ve con más detenimiento, España tampoco son tres, sino cuatro si se cuenta con Melilla, en una situación geográfica muy similar a la de Ceuta, que solo se diferencia de Andalucía en que, allí, los menores no se pueden repartir por un territorio casi cinco mil veces mayor que el de la ciudad autónoma, ni pueden coger las de Villadiego y seguir su camino hacia otro lugar donde un familiar suyo ya haya instalado sus reales. Problemas tenemos todos. Menos los independentistas catalanes, que, aunque ahora no mandan, en esto sí son España para afirmar que el problema no va con ellos porque ellos, realmente, no son España y, por tanto, no se hacen cargo de un solo inmigrante que llegue a las costas españolas. Cristalino, al menos en este asunto estamos de acuerdo en algo, hay cinco Españas y una firme voluntad de no llegar a un acuerdo.

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