Gordo adelgazado

28 de diciembre 2025 - 03:07

En Cenacheriland, verdiales aparte, estamos de santos inocentes a diario. El coste de la vida asciende hasta la estrella de Belén. Ya hemos atravesado el Rubicón de las Navidades; tras las celebraciones de Nochebuena, tocan los petardos de fin de año. Al 2025 le he pillado manía porque se ha mostrado muy rácano en buenas noticias. Lo escribo con la tecla chica porque, como a usted, me ha tocado surfear tiempos más crudités.

Y fíjese que ni estoy disgustado por haber esquivado un pellizco del premio gordo de la lotería de Villamanín, población que frecuento con entusiasmo veraniego por aquello del refugio climático, gastronómico y caprino. Esta conexión cazurro-malaguita es muy habitual. La noticia ha aparecido en todos los medios con tintes amarillos. Me cuentan que la mayoría del paisanaje se lo ha tomado bastante mejor de lo que transmiten esas escenas de bronca. Unos chavales voluntarios de la asociación cultural que maneja la comisión de fiestas se equivocaron imprimiendo 50 boletos de más, a cinco euros la papeleta: cuatro de participación y uno de donación. Lo del óbolo, una práctica muy cofrade y peñista que acá conocemos de sobra.

Como cada uno cuenta la fiesta según liga, insisto en que la mayoría de los vecinos de esa España pensionista y despoblada ha sido comprensiva con el desliz. Se reunieron unas horas en el Hogar del Pensionista y han zanjado el asunto, de momento, con una solución consensuada.

Y en esto de los pactos, los leoneses tienen tradición. Las primeras Cortes de Europa con representación de todos los estamentos sociales se celebraron en León en el año 1188, bajo el reinado de Alfonso IX. En Villamanín, como en muchas reuniones de comunidades de propietarios, ha habido salidas de tono. Los responsables del desaguisado, unos chavales, que insisto han trabajado por la cara, han pedido disculpas y descartan el fraude. Para dejar a todos contentos proponen recortar un 10% del premio de cada papeleta premiada y ceden sus participaciones, que rondan los dos millones de euros. Gloria y paz. Suena a inocentada, pero el acuerdo debe ser unánime o el asunto acabará en los tribunales. Casi todo el vecindario está prácticamente de acuerdo con este premio gordo adelgazado. Son los foráneos los que dan más caña, y no de azúcar. Poca broma: en los pueblos, así, comienzan conflictos que señalan rencores durante generaciones. En Villamanín y en todas partes.

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