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El gran cuello de botella

El partido que propuso un puente sobre la bahía ahora ha provocado la tormenta automovilística perfecta

Tras más de una década con la arteria principal de nuestra ciudad de Málaga abierta en canal por las obras del Metro, hoy la Avenida Principal luce de nuevo para su uso ciudadano. Pero, a pesar de haber acometido una renovación importante, con la peatonalización de sus laterales, se ha provocado un error de consecuencias imprevisibles: el embotellamiento permanente del tráfico en sentido oeste-este en pleno centro de nuestra ciudad.

El diseño de las grandes capitales suele plantearse con diversas alternativas sobre las arterias principales de tráfico, para impidir su colapso. Sin embargo, ahora podemos observar como todo el tráfico que viaja desde la Avenida de Andalucía hacia el Centro se canaliza por la Alameda de Colón hacia el mar. Y allí se hace confluir con todos los vehículos que viajan desde Carretera de Cádiz hacia el Este. Por tanto, y como en matemáticas la teoría de grafos nos enseña, acabamos de crear un único camino posible, entre la estatua del Muelle de Heredia y el aparcamiento de la Plaza de la Marina, para el paso en un sentido de todo el transporte malagueño.

Es difícil de entender las intenciones de seguir poniendo impedimentos a los ciudadanos que deben desplazarse a diario hacia la zona Este de la ciudad. No sólo se carece de metro y de carriles-bici, sino que ahora también se le anulan innecesariamente las alternativas viales. Desde luego, si alguien pensó en hacer subterráneo el tráfico por el Muelle de Heredia, ahora se ha convertido en una tarea titánica, salvo que aislemos ya definitivamente a media ciudad.

Lo que sí debe reflexionarse es que, a partir de ahora, cualquier pequeña manifestación, accidente o hecho que perturbe el paso por este cuello de botella, logrará la parálisis de la ciudad. Y sin alternativa posible, salvo que la policía actúe reordenando temporalmente el tráfico, lo cual no es una solución tan inmediata.

Parece mentira que, después de tantos años gobernando, el mismo partido que propuso un puente sobre la bahía para mejorar el tráfico en ambos sentidos sabiendo adelantarse a los problemas del futuro, ahora haya provocado la tormenta automovilística perfecta. Es normal que la situación del coronavirus nos tenga a todos un poco despistados, pero al menos salgamos a nuestras calles, veamos los problemas que hemos provocado y corrijámoslos inmediatamente, que es lo mínimo que se puede esperar de un gobernante.

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