La mirada limpia

La tribu de los dibujantes urbanos malagueños lleva diez años pintarrajeando contra corriente

Qué curiosa especie ésta. Con su mirada muda, mascando colores y trazos. Arabescos en vez de palabras. En los departamentos artísticos de los medios de comunicación y gabinetes de publicidad había "dibujantes". Mientras otros hablaban y presentaban gráficas de medio huevo, ellos retrataban un detalle de una maceta, una silla, la expresión de un compañero o la disposición de la sala. Dibujante se nace, aunque no se sepa pintar. Ese es el don: atrapar la esencia de la imagen en cuatro trazos. Los ambitorpes envidiamos su maña. El arte de la síntesis. Desde hace una década la tribu de los Urban Sketchers retrata la desdibujada Cenacheriland . En las salas Mingorance del Archivo Municipal, allá por la reestrenada Alameda Principal, se exhibe una de las exposiciones más intimistas, auténticas y delicadas de la ciudad de los museos. Un viaje a doble espacio, a través de cuadernos ajados y enmarcados. Libretas clase moleskine con su tapa dura y gomilla con la cartulina verjurada mostrando las tripas. Los trofeos de los cazadores de siluetas que en vez perdigonear a pluma y pelo apuntan al hallazgo de las cosas y estética viva que nos rodea. Es el gozo de dibujar. Líneas de lápiz, entintes de calamares chinos, rotuladores pinceleros y latas de acuarelas abolladas y desbordadas por "el terrible color rosáceo de los guiris". La tribu de los dibujantes urbanos malagueños lleva diez años pintarrajeando contra corriente. Estos personajes han conjurado los años más tiesos de la crisis a través de la creación y la amistad. En sus quedadas de ocho mandamientos y decenas de personas y niños se fotografían en grupo, con sus trofeos abiertos de hojas, como si hubieran participado en un safari.

Bosquejos, anotaciones al margen, páginas con sabor a diario de viaje juliovernesco, o mejor aún, aroma de cuaderno de campo ornitólogo-naturalista. Es la mirada limpia de la saga de los estilitas Ruiz Padrón donde unos pintan y otros non, pero lo hacen a mano alzada en estas horas de inteligencia artificial y retoques algorítmicos. La búsqueda de la perspectiva perfecta o inventada. Eduardo Guille, Adolfo Tovar, Daniel Pons, Irene Alcázar, Antonio Cisneros, Patricia Casaucao, Luiyo Vázquez o Gloria Torres… Cuando vea a un Urban Sketcher en una terraza más pendiente de remover la acuarela que el azucarillo del café, tal vez, este ante un personaje que pinta y ahora expone mucho en el Archivo Municipal.

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