Cuchillo sin filo

Francisco Correal

fcorreal@diariodesevilla.es

Más moral que el vietcong

En el centenario de Berlanga, empiezan a llegar americanos… a las bases de Rota y Morón

Por deformación profesional, he aprendido que para conservar bien un recuerdo en la memoria es muy beneficioso que no venga solo, que le acompañe otro. El día que Joe Biden tomó posesión como cuadragésimo sexto presidente de los Estados Unidos de América, el segundo católico después de John Fitzgerald Kennedy, el Alcoyano eliminó al Real Madrid de la Copa del Rey. A los talibanes les encantaría esa metáfora del matagigantes, aunque en realidad la mayoría de los destinatarios de su inquina son personas vulnerables, sin rumbo, sin oficio ni beneficio, agarrados al color de una bandera y a la incertidumbre de un futuro sombrío. Quisieron asesinar a Malala por ir al colegio y consiguieron que a esa niña paquistaní le dieran el Nobel de la Paz que ahora lucirá con la amargura de esta derrota moral, esta humillación internacional. Han vuelto a disparar figuradamente sobre Malala pero esta vez han acertado en el corazón de todas las colegialas afganas, recluidas en la clandestinidad de un régimen oscuro, cretácico, terrorífico.

Se ven con más moral que el Alcoyano, la misma que derrotó a Estados Unidos en Vietnam, convertido ahora en un destino turístico de primera división. No hay Coppola para otro Apocalypse Now en Afganistán, aunque hasta allí se haya desplazado el corazón de las tinieblas de la novela de Conrad. Kurtz está ahora en Kabul preparando Gobierno y un réquiem con música de aspas de helicóptero para sangre española suena en los secarrales ignotos de Herat. Todo para nada.

En el centenario de Berlanga, empiezan a llegar americanos y cooperantes a las bases de Rota y de Morón. España ocupa un lugar geoestratégico fundamental. En el quinto centenario de la entrada de Hernán Cortés en Tenochtitlán, los talibanes entraron en Kabul. Pedro Sánchez es especialista en talibanes. Ha abierto una negociación con una variante secesionista que no persigue mujeres ni opositores ni bloquea aeropuertos, pero también son expertos en señalar, excluir, estigmatizar o quemar efigies de los Reyes. La crisis afgana y sus preocupantes secuelas deberían servir para que estos catalanes irredentos se froten los ojos ante el espejo o ante los telediarios cada vez que hablan de represión o de dictadura para referirse a España. Luego son los más solidarios y superguays, los más empáticos y todas esas palabras-piloto del biempensante que hacen que los analfabetos parezcan catedráticos y los catedráticos hablen como analfabetos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios