La noche de todos los cuñados

Ya, ya, a mí tampoco pero lo importante es la salud, pasemos página. Hoy es Nochebuena y, pese a todas las críticas que reciben los cuñados y sus opiniones durante el año, es su noche. Imaginen una cena como esta sin ellos.

IMAGINEN.- Una cena de Nochebuena con todo el mundo de acuerdo en todo, todos allí, cenando lo que no comeríamos en tres semanas, comentando lo bueno que está el calamar relleno, lo bien que ha salido el vino y lo fresquito que está el cava.

IMAGINEN.- Una cena de Nochebuena sin la polémica sobre el tío Carlos que es un viva la virgen y que vaya trato hizo con el piso de la abuela. Una cena sin que nadie te enseñe como utilizar tu teléfono que no tienes ni idea y no le sacas ni el diez por ciento de su rendimiento.

IMAGINEN.- Una cena de Nochebuena sin vociferar un poquito sobre fútbol, sobre el jeque, su glorieta, que si Juande se ha pirado, el hecho indudable para el cuñado de que bajamos a segunda y él lo lleva diciendo desde hace tres años y además sabe cosas porque conoce muy bien a un fisio que trabaja con el club.

IMAGINEN.- Una cena de Nochebuena sin nadie que le dé un poquito de vino al niño de cinco años que eso es salud y que a él le daban y fíjate lo bien que le va en la vida que gana en una semana lo que tú en un mes y no te lo dice para que no te deprimas.

IMAGINEN.- Una cena de Nochebuena sin que nadie hable de lo importante que es soterrar el metro, o dejarlo por arriba, depende de la opinión mayoritaria en ese momento. Una cena en la que nadie hable de lo que es un parque urbano de verdad como el de NY y no el jardincito por el que suspiramos, que somos unos catetos.

IMAGINEN.- Una cena de Nochebuena sin nadie que tire un petardo dentro de casa y cerca del perro que lo dejéis aullar que veréis como se termina acostumbrando y si me lo dejáis una semana le enseño al bicho hacer hasta raíces cuadradas.

IMAGINEN.- Una cena de Nochebuena, y más este año, con el anuncio de que el alcalde no se va a presentar ¿Quién iba a contarnos los entresijos dentro del PP para conseguir postularse como candidato en las próximas municipales? ¿Quién nos miraría, mientras nos quita prácticamente de las manos el último trozo de jamón, diciendo que no puede decir todo lo que sabe pero que están pasando cosas muy gordas?

Los cuñados son necesarios en estas fechas, son el picante de esas horas, es tan fundamental como el repullo en una película de miedo, como el momento vergüenza ajena en una comedia romántica, además, tengan en cuenta, es duro oírlo pero es así, que todos hemos sido, somos o seremos cuñados alguna vez. Feliz Navidad y compre para El Niño que esta vez fijo que nos toca.