El pensamiento crítico

04 de julio 2025 - 03:06

El pensamiento crítico es una herramienta fundamental para el intelecto, el desarrollo cognitivo-reflexivo, deductivo o inductivo. Consiste en contrastar y no dejarse influenciar por esta o aquella corriente. Se trata de aceptar y compartir puntos de vista o criterios diferentes para poder evaluar y formar una opinión objetiva, si es que podemos llegar a ello; lo que está en nuestras manos es, al menos, aproximarnos a dicha opinión que tratará siempre de conectar con la verdad. La verdad puede resultar subjetiva si solo trabajamos con determinados parámetros, esos que son inflexiblemente impuestos por una ideología. Normalmente son las ideologías radicales las que imponen. Pensar críticamente es considerar que puedes estar equivocado. Se trata de escuchar más que de hablar. Y también de conversar para crecer y aprender; y no para debatir violentamente o agredir, ni para luchar encarnizadamente por llevar la razón. A menudo, doy prioridad a mi paz interior, especialmente en aquellos temas que pueden resultar ciertamente relativos; pero cuando me faltan el respeto por ser como soy o pensar como pienso, me quedan dos opciones: retirarme o atacar. Ya sabemos lo que la inteligencia emocional nos va a recomendar, pero como un servidor es un poco torpe, puedo contestar con mayor vehemencia, si cabe. ¡Antes sí que agachaba la cabeza! Será la edad.

“He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro”, nos explicaba Saramago. Pero que tampoco intenten convencerme, ni mucho menos por la fuerza y sin argumentos sólidos. Te permito que te expliques, sin provocación ni aspavientos, respeto tu opinión, pero no me vengas a colonizar. Deja que yo piense y discurra por mí mismo. Sé cómo hacerlo.

En una democracia caben los terraplanistas e incluso los antidemócratas. Pero no me venga usted a que yo comulgue con ruedas de molino. A que comulgue con sus discursos de exclusión, xenófobos u homófobos. La libertad del ser humano y su dignidad deberían de estar por encima de cualquier sesgo ideológico o político. Estamos a dos pasos de El cuento de la criada.

stats