Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Qué bostezo
Ayer al mediodía Cenacheriland hervía. No sólo por la temperatura sino por la cantidad de acontecimientos que coincidieron al mismo tiempo. Más que un no parar un atasco tremendo por calles cortadas en los alrededores del centro histórico. Sume obras del metro. Por ahí pululaban desde corredores con el dorsal cogido con alfileres sobre la camiseta a ciclistas enmallados sudando la pedalada gorda. Policías. Agrege una manifestación con mucha bandera Palestina a la altura del Muelle Heredia con corte de tráfico en sentido Cádiz…y unas zancadas por la sombra más allá, cruzando el cogollo de la Alameda la salida de la Real Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Málaga, simpecado en ristre. Ay Romeros. Se agradece que solo toquen la flauta y el tamboril en vez de andar tirando cohetes y poniendo ladridos a los perros que se enervan con la escandalera pirotécnica. Con lo de la performancia rociera allá por el mercado central debieron de sorprenderse los turistas. Deberían pensar que estaban en medio del rodaje de un remake de Bienvenido Mr. Marsall. Muy berlanguiano aquello. Tanta indumentaria folklórica de café con churros, bordón y florón. Unos cracks. Yo creo que para lo del kit de supervivencia las autoridades europeas deberían de pedir asesoramiento a las Hermandades Rocieras que tienen muy depurado lo de buscarse la vida itinerante y milagrera. Ideas peregrinas en sentido literal. Las carretas están más estudiadas que el carromato de Mijas. Mejores que los actuales motorhomes con tanta chuminada electrónica. Vaya prodigio de ingeniería mariana de botijo y catavinos. Todo perfectamente organizado por expertos en intendencia que si el equipaje, las viandas, las bebidas y las cosas de andar, tocar, rezar, cocinar y acampar. Más linces camino de Doñana. Parecía una expedición a Oklahoma de película de vaqueros, solo faltaban unos apaches galopando y tirando flechas para darle más emoción al asunto. En resumen: el centro estaba sitiado por este trajín multicalor y los comerciantes andaban echando de menos unas cuantas ventas. Pero el bullicio no se terminaba allí, frente a la Carcasona del Parque mucho meneo en la feria de los abuelos donde estaban dando a conocer sus cosas. Interesantes, por cierto. Nos quedan muchos días como este por delante. Graduaciones de bachilleres que también se homenajean como galas de premio Nobel. Entramos en una temporada febril de bodas, bautizos, premios y eventos canaperos. Espero que entre en los trajes de verano;-)
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