de rebote

José Manuel Olías

No sólo oscuridad

05 de octubre 2012 - 01:00

EN una época en la que hasta reír está mal visto porque se debe guardar luto por una situación económica dantesca que no deja de acumular cadáveres en el INEM, en la que un aspirante a la presidencia de Estados Unidos señala a España como ejemplo del trabajo mal hecho (vista su manera de pensar, igual no es ningún ultraje) o en la que los honrados pierden y los bandidos ganan. Siempre queda una rendija para el optimismo.

Despertarse con los rayos de sol en la cara, salir a dar un paseo en manga corta ya entrado octubre, coger un coche y en el radio de media hora tener playa, montaña, pueblos pequeños y grandes, oír hablar en alemán, francés, ruso o inglés, variedad gastronómica, vinos de una gran tradición...

Málaga tiene muchas cosas mejorables. Su centro sucio, los alrededores chuscos de una zona que debería ser monumental, un río que no es río, una mejor vertebración de la provincia, el urbanismo salvaje desde Nerja a Manivla... En fin, una lista inacabable que ambién hay que combatir y denunciar, ese lastre que impide dar un impulso más a un provincia con una materia prima difícilmente mejorable.

El deporte suele ser un indicador de bienestar. Málaga es una de las ocho ciudades en Europa que tiene a un club en la Liga de Campeones de fútbol y la Euroliga de baloncesto. Es la ciudad más pequeña de todas ellas. Están también Madrid, Barcelona, Milán, Moscú, Estambul, Atenas y Zagreb. El club de fútbol atraviesa una delicadísima situación financiera pese a que su juego y resultados suscita titulares hasta en el The New York Times. El de baloncesto se afana por recuperar a una afición que menguó por resultados y crisis. Suena el ruido de un obrero perforando el suelo. Pero hoy apetece seguir soñando.

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