Soterrar el transporte

10 de mayo 2025 - 03:09

Las grandes urbes en el mundo planifican cada día nuevos soterramientos, que facilitan la movilidad y generan nuevas zonas de esparcimiento. Quizás sea Madrid el mejor ejemplo de una ciudad que está sabiendo esconder sus principales arterias y donde el ciudadano dispone progresivamente de más áreas verdes libres de vehículos. Este modelo es seguido, o al menos deseado, por la mayoría de alcaldes y gobernantes españoles, pero ¿será posible que llegue algún día a implantarse en Málaga?

Nuestra ciudad se vertebra, a grandes rasgos, mediante una línea paralela a la costa donde confluyen perpendicularmente los accesos a las diferentes zonas. Esta configuración en forma de peine da lugar a un esquema de movilidad optimizable, donde las líneas de autobuses de cada barrio podrían ir y volver hacia una línea litoral intensamente reforzada. Por ello es conveniente lograr que dicha línea tenga el mínimo número de semáforos e intersecciones, actuando decididamente en cada punto conflictivo, hasta lograr su máxima permeabilidad. Este concepto fue el que impulsó en el pasado la Red Básica y que hoy tanto se echa de menos. Porque al final, el incremento del número de kilómetros de carriles bici de bajo coste, mediante la reseñalización y uso compartido de los vías automovilísticas y su limitación de velocidad correspondiente, han supuesto la ralentización de las ya de por si saturadas carreteras urbanas.

Un caso paradójico podemos encontrarlo en la obra de creación de nuevos carriles en la autovía a la altura de la universidad. ¿Qué ocurrirá cuando se incremente el tráfico de entrada a la ciudad en la confluencia con la comisaría central? Si lo analizamos, vemos que el paso subterráneo a través de la plaza Manuel Azaña se realiza por la avenida Juan XXIII, que es la menos saturada. Sin embargo, si se modificara este soterramiento en sentido entrada-salida de Málaga, disminuirían las caravanas permanentes tanto de Carranque hacia la periferia como de llegada a la ciudad por autovía. Este tipo de soluciones deben plantearse si queremos resolver intersecciones innecesarias, sobre todo para facilitar el tráfico e incrementar el confort de los ciudadanos. Y así sucesivamente se puede ir mejorando la movilidad porque, como decía el periodista y premio Pulitzer, Herb Caen, “Una ciudad no se mide por su longitud y anchura, sino por la amplitud de su visión y la altura de sus sueños”.

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